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La Trova Rosarina en el Anfiteatro: los amigos que siguen igual

En el año 1982 se publicaba “Tiempos difíciles”, el primer disco de Juan Carlos Baglietto que contenía composiciones de Adrián Abonizio, Rubén Goldin, Jorge Fandermole, y Fito Páez (también una letra de Juan Mofrini), constituyéndose así lo que en la música popular argentina se conoce como la Trova Rosarina, que por supuesto, no se redujo solamente a los nombres que aparecieron en ese álbum, sino que el concepto y la forma se expandió a otros artistas de su generación que formaban parte de la propuesta y construcción colectiva de una identidad musical.

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Este año corresponde el aniversario número 40, y parte de los músicos que formaron parte decidieron celebrarlo. De este modo, se generó un evento social que masajea la nostalgia y permite disfrutar una vez más de ver a estos músicos todos juntos interpretando canciones que componen el soundtrack de una generación marcada por un estadio social de características inigualables.

No solo agotan el Anfiteatro en su primera noche, sino que deben agregar una segunda función –sábado 19 de marzo-, y además, la gira tiene fechas confirmadas en Buenos Aires (dos funciones en el teatro Opera, el 22 y 23 de abril) y Córdoba (Quality Espacio, el 7 de mayo), con posibilidades de Mendoza y Resistencia, y podría cerrar nuevamente en Rosario. La réplica del sismo del 82’ llega hasta hoy, en la segunda decena del nuevo milenio.

El viernes 18 de marzo pasado el mediodía, el Concejo Municipal distinguió a La Trova Rosarina en el Hotel Plaza Real, donde se encontraba todo el conjunto, como Patrimonio Artístico Cultural de la Ciudad de Rosario. A la noche, el lleno total del Anfiteatro luce sensacional. En las pantallas se expone un código QR que reemplaza al extinto programa de mano, que incluye un sentido texto escrito por Gerardo Rozín, y detalles minuciosos de la producción del espectáculo.

Los ecos de los tiempos difíciles

Veinte minutos después de lo pactado, queda oscuro todo el predio, y un audio pone en contexto el clima social del año 1982 con publicidades y voces conocidas de la época, que van desde periodistas hasta militares, que refuerzan lo que se atravesaba entre el gobierno militar y la consecuente Guerra de Malvinas, cuando el disco se gestó y llegó a las bateas. La señal se interrumpe con la imagen del disco de vinilo de “Tiempos difíciles”.

Entra Baglietto solo con una guitarra, como lo hacía también hace cuarenta años, y hace “Mirta, de regreso”. La voz, o tal vez el alma de Juan Carlos infiltrada en su voz, ahoga el Anfiteatro. La iluminación sigue tenue, solo un seguidor enciende la figura del cantor. Apenas expresa la oración “salís a trabajar”, las luces nos queman, entonces, explota el lugar. Entra en escena Silvina Garré y juntos comienzan “Era en abril”. Ahora la explosión pasó a ser coros en formato susurro que aumentan el volumen cuando se descubre “el amor entre una nube y un pez volador”.PUBLICIDAD

Foto Guillermo Turín Bootello

¿Cómo sigue esto si por las emociones y el repertorio parece el final? El espectáculo está perfectamente digitado, por un guion efectivo desde lo emocional, que no podría serlo sin lo principal: un repertorio de canciones que la gente espera escuchar, un plantel de compositores extraordinarios con voces admirables sostenidas por una banda que ejecuta con exquisitez.

Entonces Baglietto dice que “el 15 de mayo del 82 se presentó Tiempos Difíciles. De aquella banda original Sergio Sainz (Bajo y contrabajo), Marco Tulio Pusineri (Bateria) y Rubén Goldin”, quienes suben al escenario. Es el turno de “Aunque mañana no estés”, siguen con las “hermosas canciones de aquel primer disco” en palabras de Baglietto y agrega “Fito Páez presente” antes de “Puñal tras puñal”, en la que se percibe una de las mejores interpretaciones vocales de la noche, al punto de que Goldín cuando no toca lo mira y parece sorprenderse de como canta cuando narra “la propuesta es sencilla, pero olvidar es matarse de a poco”.

Foto Guillermo Turín Bootello

Cuando canta “Sobre la cuerda floja”, otra canción de Páez, el resplandor del canto genera la misma sensación de que siente mucho las canciones que interpreta, y esto es parte de la explicación de porqué es de los mejores intérpretes de argentina. Aquí la base de bajo y batería tiene una solidez tremenda, y la fiereza del solo de Goldin queda desairado en el ambiente al punto de que cuando termina tienen que seguir, pero se queda afinando la viola mientras hay silencio y Juan Carlos lo mira hasta que le dice “eu”, y Goldín responde: “Me colgué, perdón”.

¿Y Fander?, ¿y Abonizio? Baglietto dice: “Hablaba de grandes autores, posiblemente uno de los más grandes, Jorge Fandermole”. Sube al escenario y lo demuestra con “Rio Marrón”. Luego entran Adrián Abonizio y Fabián Gallardo, y desde el escenario se menciona por primera vez a la Trova Rosarina. La primera canción que esta noche hacen todos juntos es ‘Actuar para vivir’.

Un guiño al pasado para celebrar el presente

La gente se para, llora, desbordan emociones y también se empieza a develar que el concierto es más que la conmemoración de los 40 años del un disco emblemátivo. Además, también fue la celebración del impulso a las carreras de Juan Carlos Baglietto, Adrián Abonizio, Jorge Fandermole, Rubén Goldin, Silvina Garré, y Fito Páez, todos ellos compositores y/o intérpretes de esa obra, que luego replicaría en sus proyectos solistas y los expondría como protagonistas absolutos en el mapa de la canción popular argentina hasta hoy. También la de Fabián Gallardo, quien no participó en esa etapa, pero incorporado al colectivo de la Trova tiene un rol destacado en esta versión 2022.

Foto Guillermo Turín Bootello

Por eso también, más allá del comienzo con canciones de “Tiempos Dificiles” la lista incluye, por ejemplo, varias piezas de ‘Actuar para vivir’ segundo disco, del mismo año; y por supuesto que también del siguiente, del año 1983, titulado “Baglietto”. Inevitable, ya que, si bien se toman fechas para festejar, la producción colectiva muchas veces no tiene barreras exactas. Y esos fueron justamente, tiempos difíciles, donde la producción colectiva era un estado de contención emocional que se volcaba en canciones que llegaban a los discos, y hoy son piezas que permiten reconstruir, y porque no, seguir construyendo, teniendo en cuenta que “la Trova Rosarina está de pie para hacerle un guiño al pasado, pero más para celebrar el presente” como le dijo el propio Baglietto a La Capital hace unos días en referencia a que todos los artistas presentes siguen produciendo.

La banda estable se completa con Adrián Charras en teclados Guido, Martínez, en bajo y contrabajo, Julián Baglietto en batería y Juancho Perone en percusión. En esta catarata de canciones invitadas al festejo pasan ‘Dormite Patria’ –confesión mediante, Baglietto dice que es uno de los temas más emocionantes que ha cantado-, “Historia del Mate Cocido” y “El témpano” de Abonizio. “En blanco y negro”de Garré, “Sueños de Valeriana” de Goldin, “Canto versos” o “Cuando” de Fandermole y “Yo vengo a ofrecer mi corazón” y “Tratando de crecer” de Fito Páez.

Foto Guillermo Turín Bootello

Llega el momento del final, que terminan siendo los finales, y es tiempo de los sentidos homenajes. Abonizio toma la palabra para recordar a Lalo de los Santos, y sin solemnidad, y hasta con humor, a través de un desopilante relato que parece ser absurdo, termina siendo un emotivo reconocimiento a Gerardo Rozín.

El ejercicio de la nostalgia suele ser tramposo cuando el presente se muestra como ayer, cuando en realidad no lo es. Al respecto, cuando hacen “Tema de Rosario”, los vesos que escribió De los Santos cobran mayor sentido en el público que deseaba sentir lo que vio y escuchó: “La pucha que es difícil la nostalgia, pero es bueno si puede ayudarte a intentar ser feliz. Y es tanta la gente y las cosas que uno siente que ama, que no existe tiempo ni distancia para estar allí”.

Había tiempo para más, una versión de “Mirta…” con banda, y un bis de “El árbol”, canción de Gallardo. Y entre agradecimientos de todos, el saludo de Baglietto que dijo “fundamentalmente gracias a ustedes, la gente, que nos bancó en estos 40 primeros años”.

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