Baglietto: «Hace 40 años creo que todos necesitábamos una bocanada de aire fresco»
“Tiempos difíciles” canta los 40 y La Trova Rosarina está de pie para hacerle un guiño al pasado pero más “para celebrar el presente”. Así lo manifestó Juan Carlos Baglietto, en diálogo con Escenario, en la previa del show que esta noche, a las 20.30, se hará en el Anfiteatro del Parque Urquiza. Y que, por entradas agotadas, sumó una nueva función este sábado. Desde la producción, confirmaron que en caso de que esta noche se suspenda por lluvia, el concierto pasaría al día domingo en el mismo horario. Pero la mesa está servida para que las canciones tengan el mejor clima, en un viaje en el tiempo que apuesta a mirar al futuro, porque la gira que comienza en Rosario ya tiene fechas confirmadas en Buenos Aires (dos funciones en el teatro Opera, el 22 y 23 de abril) y Córdoba (Quality Espacio, el 7 de mayo), en un raid que pasaría por Mendoza y Resistencia y podría cerrar el periplo en esta ciudad.
“Hace 40 años creo que todos necesitábamos una bocanada de aire fresco”, dice Baglietto. Juan es la cabeza de esta movida, que vuelve a juntar en escena, como hace dos años en el Teatro Colón y también en el Teatro El Círculo, a un dream team: Silvina Garré, Adrián Abonizio, Rubén Goldin, Jorge Fandermole, Fabián Gallardo y Baglietto, acompañados de una banda en vivo, que le pondrá una temperatura emocional a los clásicos de “Tiempos difíciles”, pero también de “Actuar para vivir”, porque como dijo Juan en este reportaje: “ese disco también cumple 40 años, porque salió a fines de 1982, seis meses después de “Tiempos difíciles, fue todo una locura”.
Ilustración de Chachi Verona sobre la Trova Rosarina.
—Después de tantos años los tiempos difíciles continúan en Argentina?
—Yo no sé si en algún momento asistimos a tiempos más fáciles en estos 40 años, más allá de algún pequeño veranito. Pero la coyuntura de aquel momento estaba agravada básicamente por la cosa sociopolítica, la dictadura, la guerra de Malvinas, la decadencia y la degradación de diversos aspectos, no sólo de la economía sino también de la libertad, era un cóctel pirotécnico.
—Y en ese cóctel pirotécnico ustedes sacan un disco que no sólo pega en el interior sino a nivel nacional. ¿Por qué creés, en retrospectiva, que la gente se sintió tan espejada en esas canciones?
—Mirá, en realidad yo creo que todos estábamos necesitando una bocanada de aire fresco, aunque a continuación eso lo traería la incipiente democracia. Pero nosotros fuimos a plantear una opinión de una música que era un poco distinta, que tenía mucha poesía, que estaba hecha con mucha inocencia por venir de un lugar del interior. Eramos músicos que no estábamos viciados de nada, porque éramos totalmente vírgenes, nunca habíamos grabado discos en un estudio de verdad. Básicamente los compositores, la poesía, ese enraizamiento con la música que teníamos nosotros que tenía que ver con el folclore, el Litoral, que es donde venimos. Esa raíz también tenía que ver con el tango, que es la música que escuchábamos de chicos, y esa cosa del rock, que empezó como culto a los artistas internacionales y continuó en la devoción hacia los artistas nacionales, Nebbia uno de ellos. Creo que se combinaban un montón de cosas, no era solamente el hecho de que los milicos prohibieron la difusión de la música en inglés y por eso comenzaron a aparecer un montón de artistas que ya existían de antes pero no tenían ninguna presencia. Se combinaba todo.
—Más allá de esta cuestión musical que marcás, había un criterio estético poético y a la vez político, pero no panfletario en la poesía de la Trova, porque en ese contexto era muy fácil hacer música de barricada. ¿Sentís que eso también aportó para que el público se sienta identificado con esas letras?
—Sí, y creo que también había un tema del tratamiento de la poesía, haciendo referencia a lo que decís, no sólo importaba lo que se decía sino cómo se decía. Y así como llamás vos la “música de barricada” importaba solamente el contenido, decir lo que había que decir pero por ahí se perdía de vista la belleza estética, ¿viste? Y acá creo que había una confluencia de valores pero un gran respeto hacia lo que queríamos decir sino al cómo se lo decía. Y otra cosa que era distintiva también, salvo Serú Girán, no había grupos que tuvieran varios cantantes, que hicieran voces, había muy poca presencia femenina, salvo María Rosa Yorio en Porsuigieco o Gabriela, qué se yo, hubo muchas cosas que confluyeron, también el hecho que una compañía multinacional se pusiera al servicio de un tipo de artista y de un tipo de música en una campaña muy poco habitual.
La Trova Rosarina actuó en el teatro Colón en 2019, con localidades agotadas.
—Además hay un dato estadístico y es que fue la primera vez que un disco debut de un artista argentino fue doble platino.
—Es difícil determinar cuántos discos se pudieron haber vendido, no está muy claro cuántos discos vendió “Tiempos difíciles”. Sé que fue doble platino, por lo que debe haber vendido más de 120.000 copias, pero nunca se sabía. Pero nos asombró a todos e inclusive a la compañía discográfica, no es que dijeron “con estos pibes vamos a vender un montón de discos”. Julito Sáenz, que era un tipo muy querido de la compañía, que falleció hace mucho tiempo, me acuerdo que me dijo: “No, Juan, quedate tranquilo, con este disco vamos a vender como 5.000”. No tenían grandes expectativas, ojo, los singles de los artistas más comerciales vendían 100 mil o 200 mil discos.
—”Mirta, de regreso”, que fue el tema que les abrió la puerta a la popularidad, hoy se vería como la historia de un delincuente más en el marco de la inseguridad que vive Rosario, pero en ese momento ¿se habrá leído como un preso de la dictadura o no tanto?
—Esa porción de la cosa la puso el público, en realidad el tipo era un chorro y por eso estaba en cana, pero era una época en la cual cualquier gesto se veía como un acto de rebeldía. Pero es un tema muy importante “Mirta, de regreso”. Lo cierto es que por suerte funciona este grupo y en estos dos anfiteatros vamos a hacer un show que reúne muchas de las canciones de estos 40 años, y que reúne un poco lo que hicimos en “Tiempos difíciles” y “Actuar para vivir”, porque fue un disco que también fue hecho hace cuarenta años, seis meses después del disco debut, fue todo una locura. Inclusive en el recital haremos alguna canción que no está grabada, alguna canción nueva, en un repertorio de casi 25 canciones que vamos a hacer juntos cada noche.
—¿Esas canciones sobreviven el paso del tiempo o ya algunas quedaron muy inocentes?
—Sí, algunas son muy inocentes. De hecho volvimos a cantar canciones como “Puñal tras puñal” por ejemplo, que es desgarradora pero tiene un nivel de inocencia, ya que estuvo compuesta por Fito cuando tenía 16,17 años. También eso habla de un talento prematuro de un tipo como Fito Páez, ¿no? Había inocencia por la forma en que discutíamos, nos peleábamos por un acorde, quizá hoy no lo haríamos. Pero fue una gran experiencia, el trayecto en general fue una gran experiencia, aunque para mí ha pasado demasiado rápido. Lo cierto es que nunca dejamos de hacer cosas y nunca dejamos de producir, y esto lo repito constantemente, hay una gran cuestión que sucede con esta reunión: no nos juntamos a rememorar el pasado sino a celebrar el presente. Todos estamos en actividad, todos seguimos produciendo, con distintos métodos, en mayor o menor medida, pero todos seguimos haciendo cosas en relación a este oficio maravilloso que es la música.