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En el último round verbal, Massa y Milei fidelizaron respaldos y fueron por votos ajenos

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Uno de los dos gobernará el país en los próximos cuatro años y en la noche de este domingo, en un tenso duelo verbal que los obligaba a no dejar margen de error, Sergio Massa (Unión por la Patria, UP) y Javier Milei (La Libertad Avanza, LLA) buscaron inclinar el voto de los argentinos todavía indecisos, e incluso persuadir a los que no descartan darle la espalda a la convocatoria en las urnas, justo a las puertas de los 40 años de la recuperación de la democracia, del valor del balotaje del domingo próximo.

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Massa y Milei salieron a escena con un punto en común: terminar de fidelizar a sus seguidores e intentar seducir al votante de centro, moderado, que no logra sortear el fenómeno de una grieta potenciada por el reciente acuerdo sellado (apenas consumada la primera vuelta) entre el ex presidente Mauricio Macri y el líder de LLA.

Los atriles también recibieron a los candidatos con sus contradicciones a cuestas: un ministro de Economía encorsetado por una inflación que supera el 140 por ciento anual, por un lado, y una figura disruptiva que, paradójicamente, terminó aliándose con un ex mandatario con el objetivo de desalojar al oficialismo (el antiperonismo es el imán de esa sociedad política) de la Casa Rosada.

A lo largo del último debate presidencial, que registró un nuevo pico de televidentes, Massa siguió una línea institucionalista y trató de exponer que la versión edulcorada del ultraliberal era irreal y que, en rigor, de acceder al gobierno hará lo que propuso desde el principio de su campaña.

Además de aludir a sus propuestas de gobierno, en el primer tramo del debate Massa pareció controlar el eje del cruce televisivo y depositó a Milei en el incómodo terreno de las explicaciones. Una movida nada menor para un funcionario de campaña por un oficialismo con múltiples indicadores negativos de larga data.

El candidato de Unión por la Patria reforzó también la idea de unidad nacional con “los mejores”. De hecho, en ese plan estuvo acompañado en la UBA por aliados, tanto partidarios como no enrolados en Unión por la Patria, como el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y la titular del socialismo a nivel nacional, la ex intendenta rosarina Mónica Fein. “Massa es el que viene haciendo el mayor despliegue de propuestas y templanza. El debate es un paso importante para los que no tienen todavía una definición”, afirmó el rafaelino.

Milei, por su parte, abrió con un discurso económico y con la mira centrada en el cambio, en ponerle fin a un presente adverso para los argentinos. Pero lució preocupado por los contenidos sobre la mesa de discusión con su rival, al que ligó al kirchnerismo en pos de torpedear una campaña signada por el celeste y blanco más que por un cotillón partidario en particular. Y, cuando la coyuntura lo apremió, echó mano al apelativo “ventajita” para esmerilar al tigrense.

En base a un historial complejo —dos debates previos tranquilos y algunas apariciones televisivas erráticas—, en el equipo asesor del economista (que no incluyó la presencia en la UBA de los nuevos aliados macristas y bullrichistas) suponían que su contrincante buscaría desestabilizarlo emocionalmente.

La estocada llegó cuando Massa recordó que a Milei, en su momento, no le habían renovado una pasantía en el Banco Central (BCRA). E instaló la duda: ¿la obsesión del diputado nacional en terminar con la entidad tendría un vínculo con esa situación?

Respecto de la performance de Milei, poco antes del debate la Cámara Nacional Electoral (CNE) le concedió a La Libertad Avanza que sólo hubiese cámaras fijas en la Facultad de Derecho. Pero le negó la posibilidad de que el postulante tuviera a mano algún papel.

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Otro punto en el que el libertario trastabilló: cuando Massa habló del envío de agentes federales a Rosario para ayudar en el combate al narcotráfico, Milei advirtió que después terminan juzgadas por delitos de lesa humanidad, sin marcar diferencias entre Fuerzas Armadas y de seguridad.

En ese contexto, cuando el duelo verbal se centró en un ataque personal mutuo fue palpable una baja en la calidad argumental del eje temático.

De ahora en más, las redes sociales viralizarán recortes del debate a piacere de cada militancia, y seguramente todas se declararán victoriosas, mientras corre la cuenta regresiva para el espadeo final en las urnas entre Massa y Milei.

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