Comisario de la Comisaría 10ª de Rosario agredido por detenidos durante control de rutina
Edgardo Roldán, jefe de la Comisaría 10ª de Rosario, sufrió heridas en el pómulo izquierdo y necesitó dos puntos de sutura después de ser agredido por un detenido el miércoles en la mencionada dependencia policial. Aparentemente, el incidente ocurrió cuando Roldán y dos efectivos realizaron una inspección de rutina en el penal, y uno de los internos los confrontó, desencadenando un enfrentamiento con otros reclusos. El conflicto se relaciona con la sobrepoblación en las comisarías de la ciudad, que genera tensiones entre los detenidos y el personal policial.
La situación en la Comisaría 10ª se tornó tensa durante la mañana, lo que llevó a la movilización de refuerzos de varias unidades policiales, incluyendo el Comando Radioeléctrico y el Cuerpo Guardia de Infantería. Además, familiares de los internos se congregaron en las cercanías para expresar su preocupación por las condiciones de detención de sus seres queridos. La comisaría, originalmente diseñada para albergar a 12 detenidos, tenía 43 internos en ese momento.
La sobrepoblación carcelaria en las comisarías de Rosario se ha convertido en un problema recurrente y ha generado tensiones adicionales. Según las autoridades, actualmente, las comisarías del departamento Rosario tienen 418 detenidos, a pesar de tener una capacidad total para 128. Esta sobrepoblación también afecta la capacidad del personal policial para tratar adecuadamente a tantos detenidos, ya que su formación no está destinada para gestionar estas situaciones.
Los familiares de los internos han expresado su descontento por las condiciones de detención, incluyendo la falta de espacio, la calidad de la comida y la necesidad de sobornar para obtener ciertos beneficios. Este incidente se suma a una serie de problemas previos en la Comisaría 10ª, que incluye una fuga de presos en marzo y la condena de su ex jefe por colaborar con una banda narco. Las autoridades reconocen que la sobrepoblación en las comisarías está relacionada con el hacinamiento en las cárceles provinciales, lo que crea una situación compleja para la administración de la justicia y el bienestar de los detenidos.