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El Hospital Provincial trabaja con personal al límite: cuestionan las contrataciones precarias

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La semana pasada, el Hospital Provincial debió cerrar 23 camas de internación, ocho de ellas en servicios de cuidados intensivos. Días antes, la guardia de pediatría directamente no atendió durante 24 horas porque no había profesionales que prestaran el servicio. «No fue una medida de fuerza, fue una decisión que tuvo que tomar la administración», aclaró la delegada del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (Siprus) en el efector, Cintia Gambuti, quien aclaró además que la guardia del histórico centro de salud de Alem 1450 «es atendida sólo por monotributistas, lo que dificulta mucho su funcionamiento» y provoca que «todo el tiempo se trabaje al límite».

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La situación que atraviesan los servicios vienen siendo denunciadas por los profesionales de la salud en las últimas semanas en el marco de los «ajustes que realiza el Ministerio de Salud provincial» e incluso llevaron los reclamos a la comisión de Salud y Acción Social del Concejo Municipal, donde detallaron «la precaria situación laboral de los profesionales contratados mediante el sistema de monotributo» y al mismo tiempo expresaron «la preocupación por la falta de cargos”.

La salida de funcionamiento de las más de 20 plazas se produjo durante la última semana y se revirtió tras los reclamos planteados por el gremio, que señala que la medida es producto de la fragilidad «de la situación de los recursos humanos que se cubren con contratos precarios y no con cargos genuinos».

En los hechos, la situación redujo las camas de internación en servicios como clínica, neonatología, unidad coronaria y puerperio, de las cuales «ocho de esas plazas que estaban incluso en áreas críticas y de cuidados intensivos», recalcó Gambuti.

«Todo este proceso se da en el marco de un ajuste que se viene dando en los cargos en el sector salud porque los cargos que se caen, ya sea por jubilaciones, fallecimientos, renuncias o licencias no se reponen y se producen estas situaciones«, explicó la delegada gremial. Los servicios son reducidos o quedan directamente sin atender por falta de recursos humanos.

Una guardia cerrada

Los modos de contratación precarios también pusieron en el último mes en jaque a la guardia, un servicio que la delegada puntualizó «está íntegramente atendido por monotrobutistas» y agregó: «Hubo jornadas donde la guardia de pediatría directamente tuvo que cerrarse y no por una medida de fuerza, sino por una decisión administrativa porque no había médicos que la cubrieran».

Para Gambuti, el punto crítico es justamente la forma de contratación. «Hay diferentes modos de contratacion que se sostienen con fondos propios del hospital, pero cuando desde el gobierno esos fondos se recortan, se recortan las contrataciones y no hay forma de sostener los servicios -continuó. El problema es que nunca se hace lugar a cargos genuinos».

Si bien las camas volvieron a funcionar y la guardia volvió a la normalidad, en todos los casos se hizo nuevamente con «contrataciones precarias», lo que deja al gremio reclamando una vez más «el pase a planta de los agentes de salud que se encuentran en esa situación».

«Es fundamental porque cuando tenés una guardia atendida solo por monotributistas, claro que ante una licencia, una ausencia o enfermedad de uno de los médicos se hace muy difícil conseguir un reemplazo en esas condiciones», dijo para dejar en claro que «el recurso humano trabaja al límite de sus posibilidades».

Sin contar que «los monotributistas por igual tarea que el personal médico de planta cobra salarios más bajos y cada vez que se acuerda un aumento, llega varios meses tarde y bajo presión. Nada se puede sostener así», agregó.

La salud mental

Por otra parte, otro de los límites que está teniendo el efector, como la mayoría de los centros de salud, es la demanda en salud mental que según dijo son medias tintas Gambuti, que además es parte del equipo de psicólogos del hospital, «está estallada».

La profesional no sólo indicó que el efector «perdió todos los recursos con los que contaba para atender a una población con situaciones de vulnerabilidad muy severos», sino que además consideró que «si no hay un cambio de estrategia no habrá equipos que sean suficientes porque todos los pacientes que ingresan al hospital con cualquier patología orgánica tienen a su vez «un trasfondo tanto de vulnerabilidad social o de consumos problemáticos que hace que requieran atención de los equipos de salud mental».

Actualmente, el hospital cuenta con 16 psicólogos, cuatro psiquiatras y cinco trabajadores sociales.

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