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Violencia en Rosario: en dos meses se registraron tres graves ataques a comisarías

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El ataque incendiario de este miércoles a la madrugada frente a la seccional 15ª de zona sur, donde una móvil de la Policía de Acción Táctica quedó completamente destruido por las llamas, marcó un número preocupante en las estadísticas de violencia criminal. Se trató de la tercera embestida contra una dependencia policial en el departamento Rosario en lo que va del año. Dos de esos episodios fueron quemas de vehículos estacionados prácticamente en las puertas de las sedes y otro fue una balacera contra la fachada del inmueble.

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El primero de esos incidentes contra dependencias de la Unidad Regional II se registró el 26 de enero pasado. Fue frente a la seccional 12ª, de Solís y Casilda, en barrio Ludueña. En esa oportunidad, al menos dos personas le prendieron fuego a un automóvil Volkswagen Gol Trend, propiedad de una empleada de esa comisaría.

Las llamas fueron de tal magnitud que rápidamente se propagaron a otros dos coches que estaban ubicados muy cerca. Entre esos vehículos estaba el auto de otro agente de la 12ª que también resultó dañado. Por este hecho, la policía detuvo a los pocos minutos a dos jóvenes que estaban cerca del lugar, pero luego fueron excarcelados porque no se los pudo vincular participación en el hecho.

La seccional de barrio Ludueña ya había sido blanco de ataques violentos. El 19 de febrero de 2022 dos individuos en moto abrieron fuego contra al dependencia de Casilda y Solís. Al menos 10 disparos impactaron contra el frente de la seccional y otros 5 contra un móvil policial estacionado en el lugar.

Cinco disparos dieron contra las paredes de la seccional, cuatro en los vidrios blindados de las ventanas delanteras, uno en la puerta principal y otro cinco impactaron contra un patrullero del Comando Radioeléctrico.

El segundo ataque sucedió poco después, el 1º de febrero, y tuvo como blanco la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez, en Nahuel Huapi y Pellegrini. En este caso, lisa y llanamente los agresores descargaron una lluvia de balas contra el frente de la dependencia y varios proyectiles también dieron contra un patrullero estacionado cerca del ingreso.

En ese caso, los pistoleros tuvieron margen para dejar un papel con un mensaje intimidatorio: “Damián Escobar, Leandro Vinardi, Daniel Gómez. Dejen de sacar chicos del club para tirar tiros en Rosario”. Pero el atentado contra la Sub 26ª de Villa Gobernador Gálvez tuvo como agravante extra el brutal asesinato de Lorenzo “Jimi” Altamirano, ocurrido pocos minutos antes frente al estadio de Newell’s Old Boys, en pleno parque Independencia.

Altamirano, que nada tenía que ver con la barra brava de Newell’s ni tenía vinculación con actividades delictivas, fue literalmente secuestrado en la zona de 27 de Febrero y Ovidio Lagos y llevado en auto hasta la puerta 6 del Coloso. Allí, casi frente al palomar, lo hicieron bajar y lo acribillaron. Entre sus prendas la policía halló una hoja con un mensaje escrito dirigido a personas vinculadas a Los Monos y a la barra brava de Newell’s, de tenor similar al que apareció en la Sub 26ª..

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