«Si Alvarado creyó que se podía fugar en helicóptero quiere decir que el complejo tiene buena seguridad»
El viernes pasado personal de la Policía Federal y del Servicio Penitenciario frustraron un intento para rescatar en helicóptero al narco rosarino Esteban Lindor Alvarado de la cárcel de Ezeiza. El plan fue desbaratado tras un trabajo de inteligencia que logró el secuestro de la aeronave y la detención de cuatro personas. “Alvarado tenía pensado ejecutar un plan de fuga desde hace aproximadamente 6 meses”, dijo el director general de Narcocriminalidad de la Policía Federal, comisario inspector Guillermo Cidre,
Para frustrar la fuga los investigadores trabajaron bajo las órdenes del juez federal de La Plata Ernesto Kreplak y de los fiscales de la Procunar Diego Iglesias y de Cecilia Incardona. Según trascendió, la idea de la banda era utilizar un helicóptero para bajar en el predio de la cárcel de Ezeiza y, desde allí, rescatar al capo narco.
“Si Alvarado creyó que con un helicóptero se podía fugar quiere decir que el complejo 1 de Ezeiza tiene una muy buena seguridad perimetral, lo cual me consta, por eso esta gente planeó una fuga de película”, señalo Cidre a El primero de la mañana de LT8.
El comisario inspector dio detalles de cómo se logró impedir la fuga, a partir de los datos aportados por un testigo de identidad reservada, quien reveló que el helicóptero de color negro partiría desde un campo en Gualeguaychú, Entre Ríos. Tras intervenir los celulares de los involucrados en la maniobra, se llegó a los chats entre Alvarado y el piloto del helicóptero, que confirmaron detalles del plan.
Cidre destacó la importancia del informante anónimo para evitar la fuga y resaltó que «las organizaciones criminales son herméticas y muchas son clanes familiares».
«Si (a Alvarado) se le ocurre una fuga cinematográfica quiere decir que no le quedó otra alternativa», agregó el comisario inspector, quien admitió que nunca le había tocado presenciar un intento escape de estas características: «Sin dudas como este ninguno«.
El 3 de junio pasado, Alvarado fue condenado a prisión perpetua por un tribunal que lo encontró penalmente responsable de liderar desde la cárcel una asociación ilícita dedicada a cometer en Rosario homicidios, extorsiones, amenazas y balaceras a edificios judiciales, entre el 2012 y 2018. Según ese veredicto, el jefe narco fue quien ordenó en 2018 el secuestro y asesinato del prestamista, Lucio Maldonado.