Rodrigo Bueno: su fugaz carrera como el mejor del cuarteto
Rodrigo Bueno, el Potro, ícono de la música argentina, cumpliría este martes 49 años, pero un trágico y fatal accidente que protagonizó el 24 de junio del 2000 terminó llevándose al mejor del cuarteto cordobés.
La vida de Rodrigo transcurrió a alta velocidad. Ya de pequeño demostró su pasión por cantar, y no habiendo llegado a la secundaria aún, el cordobés abandonó la escuela para dedicar su vida entera a la música. Y así lo hizo hasta el día de su muerte.
Rodrigo alcanzó rápidamente la fama y comenzó a llenar teatros y discotecas, donde miles de personas se abarrotaban por dos horas y media de encanto cordobés. Pero su agenda repleta de shows comenzó a ser una gran carga para el cantante que decidió prematuramente retirarse de la música, no sin antes culminar la gira que tenía pactada en varios países.
Sin embargo, Rodrigo no llegó a disfrutar ni un segundo de su retiro, pues en medio de una gira, volviendo de una discoteca, el cantante tuvo un incidente en la ruta con el que perdió el control de su vehículo y terminó perdiendo la vida. Todos los medios se hicieron eco de la triste noticia y cientos de miles de fanáticos se reunieron a despedir a más grande figura del cuarteto.
El Potro cordobés
Rodrigo Alejandro nació el 24 de mayo de 1973, en Córdoba, siendo el primogénito del matrimonio entre Eduardo Alberto Bueno, productor musical y Beatriz Olave, compositora y trabajadora de una empresa editorial. Luego llegaron sus hermanos, otros dos varones: Flavio y Ulises (quien es otro exitoso cantante).
Rodrigo demostró un gran interés en la música desde pequeño. El niño jugaba a ser un cantante y sentía pasión por el micrófono. Con tan sólo dos años de edad, Rodrigo hizo su primera aparición en público en el programa «Fiesta de cuarteto», junto con el amigo de la familia Juan Carlos «La Mona» Jiménez.
Su camino en la música ya estaba marcado. Con la ayuda de su padre, Rodrigo grabó un disco de canciones infantiles a los cinco años de edad, titulado «Disco Baby». Años más tarde comenzó a colaborar con la banda Chébere en algunas presentaciones en vivo.
El joven dejó la escuela a los doce años para realizar una audición para la banda Manto Negro. Rodrigo entró al grupo pero tras cinco años sin éxito en Córdoba, el padre de Rodrigo decidió tratar de iniciar la carrera de su hijo como solista en Buenos Aires.
Su carrera como solista
En 1987, a sus 17 años, publicó su primer disco llamado «La foto de tu cuerpo», con PolyGram Records. El disco se acercaba más al rock que a los ritmos que lo terminarían de caracterizar. Luego lanzó «Aprendiendo a vivir» (1988), su siguiente trabajo de estudio que fue presentado en vivo en la discoteca Fantástico Bailable. Con el lanzamiento de dicho álbum viajó a la ciudad de Buenos Aires para consolidar su carrera artística.
Un año después, en el mismo boliche, el cordobés presentó su tercer álbum titulado «Completamente enamorado». La carrera del cantante iba en ascenso y no se dio ni un descanso en su camino hacia la fama. Ese mismo año grabó el disco «Made in Argentina», al que le siguió «Made in Córdoba».
A medida que aumentaba su popularidad en Buenos Aires, abandonó PolyGram Records y firmó un contrato con Sony Music. En 1995 firmó un contrato con Sony y publicó su álbum «Sabroso». Aunque su trabajo con la discográfica culminó rápidamente, ya que su disco, muy al estilo salsa y merengue, no tuvo el éxito esperado y la compañía rescindió el contrato.
Lo mejor del amor
Luego de haber experimentado con los ritmos caribeños, Rodrigo decidió quedarse exclusivamente en el cuarteto. Firmó un contrato con Magenta Discos, la compañía con la que trabajó hasta el día de su muerte, publicando la mayoría de sus álbumes bajo dicho sello. La empresa le concedió solamente uno por ciento de sus ventas de discos, motivo por el cual surgirían problemas con el artista.
Su primer lanzamiento con el sello fue el disco «Lo mejor del amor», el cual se convirtió instantáneamente en un éxito en la radio. Con ese trabajo Rodrigo alcanzó la fama nacional y ganó su primer premio, el premio ACE al Mejor Artista Musical. Su éxito siguió creciendo conforme continuó lanzando discos. El siguiente fue «La leyenda continúa», que alcanzó ser disco de oro certificado por CAPIF, y continuó con «Cuarteteando».
En 1999, Rodrigo lanzó «A 2000», un disco que fue certificado como cuádruple disco de platino y se convirtió en tema de una gira que comenzó en el Teatro Astral y que finalizó al año siguiente en el Luna Park, estadio donde ofreció trece conciertos consecutivos con las entradas agotadas.
Una agotadora agenda
El fenómeno que rodeaba a Rodrigo en aquella mística que lo hizo famoso lo terminó de consolidar en sus presentaciones en vivo. Con un calendario que incluía en su momento, entre 25 y 30 shows por semana, el cantante comenzó a trabajar en exceso. Sus giras se volvieron demasiado exigentes lo que comenzó a perjudicar su desempeño en vivo.
En la temporada veraniega del 2000, Rodrigo realizó una gira de 49 conciertos con la que visitó gran parte de la costa argentina. En Mar del Plata llegó a tocar para casi 100 mil personas frente al paseo turístico de la ciudad. En abril de ese año también llenó en trece ocasiones el estadio cubierto Luna Park, lo que se convirtió en un récord para el recinto. A comienzos de junio viajó a Cuba: allí se encontró con Diego Armando Maradona, uno de sus ídolos, a quien le dedicó un tema titulado «La mano de Dios«.
El estrés que le ocasionaba su apretada agenda tuvo como consecuencia que Rodrigo empezara a beber cerveza en exceso. Pero el estrés no fue producto enteramente de su cronograma. En un cierto punto, el cantante comenzó a recibir varias amenazas de muerte, que incluyeron un tiroteo de pandillas cerca de su casa en Córdoba. También, según lo que contó Joaquín Levinton, vocalista de la banda Turf, Rodrigo recibió una bala con su nombre grabado en ella a modo de aviso.
Bueno comenzó a tener algunas disputas con Magenta Records, el sello que le otorgaba sólo el uno por ciento de sus regalías. Todo ello, sumado al estrés con el que venía cargando, Rodrigo anunció su retiro el 10 de abril de 2000. Aunque sin defraudar a sus fanáticos en todo el continente, Bueno anunció que terminaría sus conciertos programados, incluyendo una gira de conciertos en Uruguay, Venezuela, Perú, Brasil, Chile, Puerto Rico y la ciudad de Miami en los Estados Unidos.
En su última actuación en directo, fijada para el 25 de diciembre de 2000 en el estadio de River, iba a ser publicada como su último álbum bajo el título de Adiós Rodrigo. Su plan de vida había cambiado los escenarios por los estudios, aclarando que tenía intenciones de convertirse en productor musical.
La fatal culminación de su carrera
La noche en la que Rodrigo perdió la vida no fue distinta de las otras tantas cargadas madrugadas en las que iba y venía de clubes y discotecas para cumplir con su cronograma. El 23 de junio de 2000, Bueno fue a la grabación del programa de televisión «La Biblia y el calefón», presentado por Jorge Guinzburg. Cuando terminó el espectáculo, el cantante se fue a cenar junto a su representante, sus músicos, su pequeño hijo Ramiro y la madre de este. En el comedor se encontró con Fernando Olmedo, hijo del comediante Alberto Olmedo, al cual invitó a su recital en la discoteca Escándalo en La Plata.
Luego de dos horas y media de concierto en una discoteca colmada por 2000 personas, Olmedo le pidió al artista que se quedara a descansar, pero Rodrigo se negó y decidió conducir. Emprendieron viaje entonces en la madrugada del 24 de junio de 2000, viajaban con el su ex esposa Patricia Pacheco, su hijo Ramiro, Fernando Olmedo, el músico Jorge Moreno y el locutor de radio Alberto Pereyra.
Durante el trayecto, su camino fue bloqueado por otro conductor que le había pasado en la autopista, por lo que Rodrigo intentó perseguir al vehículo para adelantarlo otra vez. En el proceso, perdió el control de su camioneta, chocando contra una barrera y volcando el vehículo. En eso, el cuerpo de Rodrigo fue expulsado del vehículo por no llevar puesto el cinturón de seguridad, lo que le ocasionó la muerte. Además del cantante, Fernando Olmedo también perdió la vida. Los demás acompañantes sobrevivieron.
Hubo sospechas sobre las circunstancias de su muerte, e incluso se llegó a instancias de juicio penal contra el otro conductor, el empresario Alfredo Pesquera, aunque fue absuelto al considerar el juez que Rodrigo había sido el responsable del accidente por conducir imprudentemente.
A su velatorio concurrieron miles de personas y también famosos, entre ellos Diego Maradona, Susana Giménez, Daniel Santillán, Walter Olmos, la Mona Jiménez y Marcelo Tinelli. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio Las Praderas en la localidad de Monte Grande y en la bajada de la autopista en Berazategui, hay un acceso que lleva a su monumento.
Las mujeres del Potro
Dicen que el primer gran amor del cantante fue Marixa Balli, a quien conoció en 1991 cuando el se presentó a cantar al programa del cual ella era presentadora. La pareja estuvo junta durante casi tres años, aunque siempre tuvieron sus idas y vueltas. Es con ella con quien grabó el video «La chica del ascensor».
Luego entabló una relación con Patricia Pacheco aunque nuevamente fue un noviazgo con muchas vueltas. A los pocos meses de conocerse, Patricia quedó embarazada y en 1997 nació su hijo Ramiro. Luego del nacimiento de Ramiro, la pareja se separó en buenos términos y siempre se mantuvieron en contacto por el bien de su hijo.
El Potro tuvo muchos amoríos que no se conocieron, pero definitivamente uno que revolucionó a la farándula fue su encuentro con Graciela Alfano, quien confesó que tuvo un affair con el cantante aunque nunca haya dicho cuándo. Finalmente, la última pareja de Rodrigo fue Alejandra Romero, una cantante que llegó a compartir escenario con su novio en uno de los 13 Luna Park que realizó el cordobés.
Hace algunos años, en 2018, se presentó un joven diciendo ser hijo del famoso cantante. El joven es de Ramos Mejía, Buenos Aires, tiene 28 años y se llama Alejandro Nicolás Bueno. Sobre lo ocurrido fue consultada Beatriz Olave, madre de Rodrigo, quien reveló sorpresivamente que cuando su marido, padre del cantante falleció, Rodrigo le habría confesado: «¿Ahora te vas? Vas a ser abuelo», pero todo quedó completamente olvidado con el tiempo.
Legado y homenajes
Rodrigo fue el responsable de haber llevado al cuarteto, un género musical típico de la provincia de Córdoba, a todas partes de Argentina, volviéndola música nacional. De manera póstuma, el cantante recibió dos premios Carlos Gardel como Mejor artista tropical masculino por el álbum «A 2000» y Canción del año por su original «Soy cordobés”.
El 12 de abril de 2001, se estrenó un largometraje basado en su vida llamado «Rodrigo», dirigido por Juan Pablo Laplace, que muestra una historia de amor ficticia entre una admiradora de Rodrigo con un joven al que le choca su fanatismo. La película no tuvo el éxito esperado y fue considerada por algunos como un intento para obtener beneficios a costa de la memoria del cantante.
En 2010, en el décimo aniversario de su muerte, la Cámara de Diputados de Buenos Aires lo declaró como personalidad destacada de la cultura popular en la provincia. En 2013 se realizó la primera edición del Carnaval Cuartetero, que tuvo un gran homenaje a su más grande exponente.
En octubre de 2018 se estrenó la película «El Potro, lo mejor del amor». El filme biográfico estuvo dirigido por Lorena Muñoz y protagonizado por Rodrigo Romero en el papel del Potro, junto a Florencia Peña, Jimena Barón, Fernán Mirás, Daniel Aráoz, Malena Sánchez y Diego Cremonesi.