Policiales

Preguntaron por un vecino y después lo mataron de dos tiros

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Esteban Giacometti tenía denuncias por violencia de género y según contaron podría ser una venganza

En la tira de casas que están sobre la vía en la villa La Tablita, en Villa Gobernador Gálvez, falta todo. Son chapas sobre chapas y algún carro de cirujas y mucho barro. En Crespo y la vía, en uno de esos terrenos con una precaria casilla de chapas al fondo vivía Esteban Gicometti, le decían “Pino” y tenía 54 años. Pasadas las 14 del miércoles se acercaron a la casilla tres personas, dos quedaron en el terreno y uno fue hasta la puerta; preguntó por él y cuando Pino se asomó le disparó dos veces al pecho. Los tres corrieron por Crespo, y se quedaron a unas cuadras, “como esperando algo”, dijo un vecino.

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Pino estaba en la casilla con María, su mujer, y los dos hijos de la pareja y en la tarde brumosa no vio llegar a sus matadores. María contó que “ no sé quien fue, no le vi la cara, pero no tenía barbijo. Se acerco sin hacer ruido y preguntó por él y después le dieron dos veces”. Si bien el matrimonio es oriundo de otra zona de Villa Gobernador Gálvez hace un año y medio que viven en el asentamiento del barrio La Tablita.

“Cuando le tiraron llamamos a la ambulancia y otros vecinos también llamaron por los ruidos de los tiros, pero al ambulancia no vino, llegó antes la policía y él estaba vivo. La policía no lo quiso cargar y llevarlo al hospital y se murió ahí nomás”, dijo María. Pino trabajaba haciendo changas en un frigorífico de Villa Gobernador Gálvez, “limpiaba terrenos, pintaba; barría. No tenía problemas con nadie, con un sobrino nomás”.

Familiares de la mujer le comentaron haber visto como la policía allanó en la tarde del miércoles unas viviendas del asentamiento y que vieron a quienes habían disparado contra Giacometti “a pocos metros de los allanamientos”. La mujer comentó: “Para que estaba ahí la policía si no hace nada. Los que lo mataron se fueron corriendo para el lado del puente negro, no donde los milicos se estaban metiendo en la casa de otra gente”.

En la mención de un sobrino lejano se abre una punta para la investigación. Según se pudo reconstruir Giacometti hace unos 15 años atrás se enfrentó a su concuñado y lo asesinó frente a un sobrino. Al menos esa historia contó Pino en su entorno. “El día del padre _ el 20 de junio _ el sobrino del muchacho pasó en moto y baleó la casa, parece como que estaba buscando venganza”, contó un allegado de Pino.

En el barrio y en la zona del asentamiento se cuentan muchas historias del hombre muerto; una de ellas refiere a una serie de denuncias por violencia de género y otra en la que está implicada una menor, de alrededor de 16 años, y con una manifiesta discapacidad. “Fue un hombre con muchos problemas, tenía broncas por todos lados”, contó otro vecino. María ,su viuda, dijo: “No sé de las denuncias, nunca tuvo problemas”.

Una vez cometido el crimen los vecinos llamaron al Comando Radio Eléctrico y al llegar los efectivos encontraron a Pino en el interior del terreno y rodeado por vecinos y por su mujer “vivió un rato, tal vez se podía salvar”, dijo María el miércoles por la tarde.

A primera vista los efectivos observaron su pecho sangrante e intentaron una reanimación, pero no sirvió de nada. Al entrevistar los policías a María ella sólo dijo desconocer a los tiradores.

La fiscal Marisol Fabbro, que interviene en la causa, ordenó realizar un relevamiento de la zona en busca de cámaras de video vigilancia, pero no se encontró ninguna, en tanto el gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal tampoco halló vainas servidas en el lugar de los hechos.

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