Se complica el acuerdo por listas de unidad en el Frente Amplio Progresista
Al filo del cierre de la inscripción de prencandidatos, persiste la falta de consenso en el espacio opositor. En paralelo a la carrera por las bancas en el Senado y en Diputados se acelera la reconfiguración puertas adentro de la coalición
A tres días del cierre de la inscripción de precandidatos para las Paso del 12 de septiembre próximo, el relanzado Frente Amplio Progresista (FAP) no logra sellar listas de unidad y se encamina a definir en internas los nombres que disputarán tres bancas en el Senado nacional y nueve en la Cámara baja en los comicios generales programados para el 14 de noviembre. Aunque, en paralelo a las poltronas en juego, la coalición opositora acelera una reconfiguración de fuerzas puertas adentro.
Una semana atrás, en medio de la vorágine que caracteriza la oficialización de alianzas, se destacó el cambio de denominación del Frente Progresista, Cívico y Social (FPCyS), que trocó al FAP, de la mano del regreso de Rubén Giustiniani (Igualdad) al espacio político.
El nombre Frente Amplio Progresista fue utilizado en los comicios nacionales de 2011 por la alianza que propuso a Hermes Binner como candidato a presidente. Para el socialismo, el reciente cambio de denominación se sustentó en la necesidad, a la par de rendirle homenaje al ex gobernador —murió en 2020—, de actualizar el espacio. Pero también es cierto que la sigla FPCyS era objetada por el radicalismo, que en su gran mayoría saltó a la vereda de Juntos por el Cambio (JxC), y por Igualdad.
Al Frente Amplio Progresista lo integran los partidos Socialista (PS) y Demócrata Progresista (PDP), Pares, Libres del Sur, SI, Creo, Gen, Radicales Libres e Igualdad. Y, desde un principio, todos los caminos parecieron confluir en las internas.
Giustiniani comenzó a moverse como precandidato a senador nacional, fogoneado por el intendente de Rosario y líder de Creo, Pablo Javkin, y secundado por María Eugenia Schmuck (Radicales Libres). Una oferta electoral que suma a Fabián Palo Oliver para Diputados. El socialismo, en tanto, impulsó a Clara García, esposa del ex gobernador Miguel Lifschitz —murió el 9 de mayo pasado—, hacia la Cámara alta. No obstante, las partes coincidieron en que se buscaría un acuerdo para eludir las internas.
Cuenta regresiva
Sin embargo, el tiempo empezó a apremiar y no aparecen las señales de consenso. En el entorno de Javkin advierten que la nominación de García por parte del PS busca “obturar” la proyección de Giustiniani (había dejado el FPCyS años atrás) hacia el Senado, razón por la cual se dificulta la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
De hecho, consideran que el socialismo necesita reforzar una banca en el Congreso y que, si bien en la propuesta de Creo, Radicales Libres e Igualdad el PS no abriría la lista de precandidatos a la Cámara alta, sí tendría el primer lugar en la puja por Diputados.
La postulación de García fue respaldada por el ex gobernador Antonio Bonfatti (declinó participar en los comicios) y por la titular del PS a nivel nacional, Mónica Fein. Para el partido, a la diputada provincial la preceden su experiencia política y el haber desempeñado un rol clave en el equipo de Lifschitz, quien iba anotarse en la carrera por el Senado. “Clara es la continuidad del proyecto de Miguel”, reafirmaron ayer en el socialismo.
Rubén Giustiniani (Igualdad) es respaldado por Pablo Javkin.
Dos posiciones, a priori, irreductibles, que también revelan el inicio del reacomodamiento de piezas en una construcción progresista golpeada por la derrota electoral de 2019, que significó el regreso del justicialismo a la Casa Gris después de doce años, y la reciente muerte de Lifschitz —el gran elector del espacio— por coronavirus.
La discusión del liderazgo del FAP fue potenciándose en los últimos días, acicateada por Javkin, quien comparte sintonía con su par de Santa Fe, Emilio Jatón, y otros intendentes.
Nuevo escenario
La relación entre el jefe de Creo y Lifschitz había deparado varios cortocircuitos en 2020. En ese marco, el intendente afirmó que el ex gobernador no era la figura “excluyente” del entonces Frente Progresista, a la vez que reclamó una conducción plural de la coalición. Los meses pasaron y Javkin respaldó una eventual postulación del socialista al Senado. Luego llegaría el inesperado y dramático cambio de escenario para el espacio.
Ahora, el titular del Palacio de los Leones rememora las virtudes de la construcción política que llevó a Binner a la Gobernación en 2007 y no se priva de pedirle al socialismo que acompañe con sus votos al proyecto de ley de conectividad, cuyo demorado debate desvela al jefe de la Casa Gris, Omar Perotti.