Con información precisa y un soplete perpetraron un robo millonario
Al menos tres delincuentes hicieron un trabajo de inteligencia previo en una maderera de la zona sudoeste y se alzaron con unos 4 millones de pesos
El domingo, pasadas las 17.30, al menos tres hombres llegaron hasta la vivienda de Jorge G., ubicada en Curapaligüé al 2700 y detrás del galpón de una maderera en la cual él trabaja como casero y tiene su ingreso por Ovidio lagos al 6300. Los ladrones arribaron en un Toyota Corolla blanco con el argumento de comprarle a Jorge un auto que tiene en venta. Con ese ardid primero entraron a la vivienda y desde allí al galpón de la empresa. Entonces, con todo el tiempo del mundo, violentaron una caja fuerte con un soplete y sustrajeron 2 millones de pesos en efectivo, 700 dólares y 1.200.000 pesos en cheques.
El atraco fue denunciado por la esposa de Jorge con su celular mientras se producía y la policía llegó al lugar cuando los ladrones terminaban su faena. Así capturaron a uno de los asaltantes, que quiso escapar a la carrera mientras sus cómplices huían en el auto con el botín.
Cuando los delincuentes llegaron a la casa de Jorge su esposa, Ana, logró escuchar el diálogo que mantenían los supuestos interesados en la compra del viejo Renault familiar con su marido. También escuchó cuando los visitantes cambiaron imprevistamente su tono de voz, encañonaron a Jorge con un arma de fuego y demostraron sus verdaderas intenciones. Entonces Ana llamó al 911 y denunció el robo mientras ocurría y sin apagar el celular por lo que todo el sonido de fondo era escuchado por la operadora policial.
La oficina comercial de la empresa Maderas Selectas da sobre Ovidio Lagos y el galpón en donde se acopia la mercadería y trabajan los operarios tiene unos 7 mil metros cuadrados. Los delincuentes lo atravesaron y por medio de los racks donde está acopiada la madera lograron subir a una terraza, a unos cuatro metros de altura. Milena H., encargada del lugar, explicó que “una vez que entraron creemos que se dirigieron directamente a las oficinas, subieron haciendo pie en las madreas y lograron llegar a la caja fuerte. Las cámaras de vigilancia tomaron todo el derrotero de al menos dos personas y los destellos del soplete”.
La caja fuerte que violentaron los delincuentes con un soplete está en una terraza lindera a las oficinas.
La caja fuerte está en una terraza interna de unos 40 metros cuadrados lindera a las oficinas y debajo de un gran tinglado, con lo cual al ingresar tanto a la casa como al galpón los ladrones no rompieron nada y pudieron manipular el soplete sin medir riesgos de un posible incendio.
“Se ve que cuando destruían la puerta con el soplete se les prendió fuego una de las cajas en las que estaba el dinero, por eso en el piso quedaron billetes quemados”, contó Milena. Tirados y dispersos por el piso se veían pedazos de billetes de varias nominaciones chamuscados, dos cajas de cartón y otra de madera también quemadas.
Al terminar la operación, los ladrones descendieron por el mismo lugar por el que habían accedido hasta la caja fuerte y llevando al menos un bolso y una valija con rueditas, según se observa en el video que registraron las cámaras de la empresa. “Captaron todo el robo y se ve muy bien cómo se desplazaron”, dijo Milena. Los delincuentes volvieron a atravesar la vivienda del casero y salieron con los bolsos para cargar el baúl del auto que los esperaba.
Mientras tanto, Ana seguía en contacto con la policía, con su celular encendido y ese detalle permitió que mientras los ladrones preparaban su fuga llegaron a Curapaligüe al 2700 dos rodados de la Brigada Motorizada. Cuando los ladrones los vieron emprendieron el escape a alta velocidad y quien estaba cargando los bolsos con el botín quedó sorprendido y a pie.
Ese ladrón no lo pensó demasiado y comenzó a correr hacia la avenida de Circunvalación, pero los policías motorizados lo alcanzaron y apresaron. Fue identificado como Marcelo Fabián F., de 40 años y con domicilio en Villa Gobernador Gálvez. Los otros dos huyeron y hasta anoche el auto no había sido hallado.
Los titulares de la empresa creen que los delincuentes tenían muchos datos y que de hecho hubo un trabajo de inteligencia previo, tanto como para usar el ardid de la compra del auto del casero como también para ingresar hasta el lugar en que estaba la caja fuerte en poco tiempo. “No fueron más de diez minutos, todo lo registraron las cámaras, parecían hombres de unos cuarenta años y no estaban encapuchados”, dijo la encargada de la empresa.