Los ingeniosos golpes a bancos que ideó el cerebro de la fuga de Piñero
El «Mono» Cañete se hizo conocido por el empleo de máscaras y puestas en escena para distraer a la policía. En 2015, luego de tres asaltos, fue detenido
El 27 de agosto de 2015 a las 10.50 Sergio “Mono” Cañete entró a cara descubierta al banco Credicoop de San Martín 1846 de la ciudad de Pérez. Portaba un arma de puño en la mano derecha y vestía saco oscuro. En la otra mano llevaba un bolso. A pocos metros uno de sus laderos iba en una silla de ruedas y cuello ortopédico colocado, simulando una discapacidad. Era parte de una banda de al menos cinco personas que entraron a robar. Cuando la banda huyó fueron perseguidos por la policía y arrestados en inmediaciones del cruce de la ruta A-012 con la autopista a Buenos Aires. Ese fue el penúltimo golpe del “Mono” Cañete. Su último golpe se perpetró el pasado domingo 27 de junio. En la tarde más fría del año Cañete y otros siete internos se fugaron a sangre y plomo de la prisión de Piñero. Una fuga que los investigadores le atribuyen en su planificación y financiación, pero que para Cañete significó tan sólo una vuelta en auto: fue el primer recapturado, pocas horas más tarde en Cabín 9, tras ser perseguido desde un retén policial en Soldini.
Seis años más tarde, en una audiencia en el Centro de Justicia Penal (CJP) los fiscales Matías Edery, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, y Franco Carbone, de Flagrancia, ventilaron los pormenores de la más osada evasión de la historia de la provincia y de la que Cañete sería ideólogo y financista. “Tengo la banca del uno. Está todo más que bien”, dijo Cañete en un mensaje del viernes 25, dos días antes del escape, en lo que se interpretó como una clara alusión a Claudio “Morocho” Mansilla quien por esos días afrontaba un juicio oral en el que terminó condenado a 25 años de prisión por un doble crimen de septiembre de 2018. Los fiscales creen que, sobre la base de un plan común organizado por el “Mono” Cañete, cada uno diseñó su propia ruta de salida. La de Cañete se abortó esa medianoche. La de Mansilla aún se desconoce. Es uno de los tres prófugos junto a David Piscione y Martín Cartelli.
Cañete es un “choro”, un “cañero”, del siglo pasado. Tiene 35 años y paga con rejas una condena a 19 años por el robo a tres bancos en cuatro meses durante 2015: el Municipal de Empalme Graneros en mayo, el Macro de Roldán en julio y el Credicoop de Pérez el 27 de agosto de 2015. Entre robo y robo se hablaba de la banda de la “metra”, para referirse a la gente de Cañete. Es que en al menos dos de los hechos pudo verse al “Mono” empuñando una pistola ametralladora FMK3.
Cañete, arma en mano, y su troupe fugan del banco Credicoop de Pérez la mañana del 27 de agosto de 2015.
Los golpes de Cañete tuvieron distintas puestas en escena: la banda usó sillas de ruedas y cuellos ortopédicos, se valieron de un maniquí para dar aviso a la comisaría 22ª de que el cuerpo de una mujer yacía muerta al costado del camino en Las Campanillas y avenida del Rosario de Pérez; utilizaron clavos “miguelitos” _cuatro púas metálicas soldadas de forma tal que al dejarlas caer una de las puntas siempre mira hacia arriba_ de tamaño inusual. Sin embargo el celular de Cañete estaba “enchufado” _como en el argot se habla del teléfono intervenido_ y al menos el último golpe en Pérez fue escuchado en tiempo real por la policía. Y de allí su captura. Minutos antes de la fuga de la fuga del 27 de junio pasado, en inmediaciones de la ruta 14 y la A-012, la brigada sacapresos arrojó “miguelitos” sobre la traza provocando el vuelco de un camión con acoplado y obstaculizando momentáneamente el camino.
“Cañete inicia los golpes a los bancos de una manera precaria pero logra mejorar notablemente los medios agregando distracciones como el maniquí, el cuello ortopédico y la silla de ruedas”, habían indicado en febrero de 2015 los jueces Alejandro Negroni, Hernán Postma y Luis María Caterina, al presentar los fundamentos de la condena a 19 años al Mono, un histórico vecino de los confines de los barrios Emaús y Fisherton Noroeste.
«No entró más»
El 8 de mayo de 2015 a las 12.50 un grupo de hombres armados asaltó en poco más de dos minutos la sucursal del Banco Municipal de Juan José Paso al 5700. “Ey, nos quedamos chicos con los bolsos, no entró más”, dijo exultante el Mono a un secuaz ajeno al hecho. Es que luego del robo no quiso perder su momento de gloria y le contó a Fabricio Germán L., un hombre por entonces detenido por robos de autos de alta gama y escuchado por la Justicia Federal, que efectivamente habían robado 1.800.000 pesos pero debieron dejar una cifra similar en la caja fuerte.
“Sí, boludo, dejamos la media caja, no entró más en los bolsos”, indicó, según consta en la resolución condenatoria a 19 años por la que fue penado Cañete en febrero de 2018. El Mono le dijo a Fabri: “Ahora que se cuiden los banquitos”. Pero Fabri le remarcó que los otros bancos no estaban regalados y le sugirió que podían tener más seguridad.
A partir de esas escuchas se pudo saber que el “Mono” era Cañete, que había ingresado al Banco Municipal con un casco puesto y con una ametralladora en su mano derecha. Otro de los laderos de Mono llamó a Fabri y también le contó que el tema de los bolsos chicos había “salido por canal 3 y los diarios”. Y que “había salido el video del banco Municipal donde dicen que el que entra con la metra era el Mono”. Para ese momento, los fiscales habían decidido, junto con el por entonces fiscal Regional Jorge Baclini, abrir a la prensa imágenes, audios y videos del robo al Municipal a fin de obtener mayor información. El resultado fue positivo porque el Mono y los suyos siguieron hablando por celular.
Dos meses después del robo al Municipal, le tocó el turno al Macro de Roldán. La banda no pudo acceder al tesoro y se conformó con el maletín con 70 mil pesos de un cliente. Varios de los rostros de los integrantes de la gavilla fueron tomados por las cámaras del banco.
La banda no lo sabía, pero la entonces Policía de Investigaciones (PDI, hoy AIC) y los fiscales estaban afinando la puntería. El 25 de agosto de 2015 los pesquisas notaron creciente actividad en las comunicaciones por la inminencia de otro robo. Se emitió un alerta bancaria. «El plan sigue adelante, con la absoluta ignorancia de Cañete de que estaba siendo escuchado. Pero con un impacto suficientemente importante en las autoridades policiales», se indicó en la resolución. En ese golpe al fugarse la banda se cubrió las espaldas desparramando “miguelitos” sobre el camino.
El «Mono» Cañete y su gente son capturados en inmediaciones de la cruce de la ruta A-012 con la autopista a Buenos Aires el 27 de agosto de 2015.
Ultimo robo
El 27 de agosto de 2015 la banda comenzó el golpe que los tumbó. Entre los integrantes había un pibe de 16 años, apodado “Gringo”. Todos los llamados que ingresaron al celular del Mono fueron grabados y se escucharon en tiempo real. Cada movimiento fue monitoreado por la policía.
Poco antes de ser detenido Cañete le habló al pibe: “¡Ey Gringo! Andate vos que sos menor, yo te saco, pongo la plata que sea. Llevate la «metra»”. El Gringo también cayó preso en el cantero centra de la autopista en un Ford Focus. Del auto secuestraron una pistola calibre 9 milímetros sin numeración visible con cargador; una pistola ametralladora FMK3 (La “metra”) y otra marca Halcón, ambas con cargadores; dos handys con frecuencia policiales y celulares.
El 12 de febrero de 2018 el tribunal pluripersonal lo condenó a 19 años de prisión de cumplimiento efectivo por dos hechos de robo calificado y tentativa de robo calificado a entidades bancarias, además de portación ilegítima de arma de fuego y resistencia a la autoridad. En la pena se le unificó una condena del Juzgado de Sentencia Nº 1 de Rosario en el cual lo habían penado a 6 años por un hecho de encubrimiento y de robo calificado por uso de arma de la cual no había podido ser acreditada su aptitud para el disparo.