La reforma constitucional en Santa Fe: un triunfo de Unidos y desafíos por venir
El pasado jueves 8 de diciembre, la sanción de la ley de necesidad de reforma constitucional en Santa Fe marcó un hito histórico en la política provincial. Maximiliano Pullaro y su coalición, que agrupa a la UCR, el PS, el PRO y otras fuerzas, llegaron a la cima de la montaña que, en ocasiones anteriores, parecía inalcanzable. Con un millón de votos a su favor y amplias mayorías en la Legislatura, lograron una reforma que otros intentaron sin éxito. Sin embargo, a pesar del triunfo, el camino hacia una nueva Carta Magna aún está lleno de desafíos y obstáculos.
En los discursos celebratorios de la Legislatura se destacó el orgullo de formar parte de la generación que alcanzó este objetivo, junto con una sensación de revancha en nombre de quienes habían intentado, sin éxito, lo mismo en el pasado. No obstante, los protagonistas del proceso son conscientes de que, aunque se ha logrado el primer paso, la implementación de la reforma no será sencilla.
Unidos utilizó su poder legislativo y el respaldo popular de Pullaro como un trampolín para modificar el marco legal en seguridad, previsión social y justicia, elementos clave que marcaron el termómetro de las intenciones reformistas del gobierno. Desde la Casa Gris, se celebra esta reforma como un avance en la calidad institucional de la provincia. «Los inversores siempre preguntan por seguridad e institucionalidad. Si dependés del humor de un senador o un juez, estás perdido. Las reglas tienen que ser claras», resaltan en el gobierno.
La negociación para alcanzar este acuerdo fue compleja y estuvo llena de frentes abiertos. Durante esa semana decisiva, se manejaron múltiples negociaciones dentro de la coalición y con otros sectores políticos como el perottismo y el Frente Amplio por la Soberanía, quienes aportaron los votos necesarios para alcanzar los dos tercios requeridos en la Legislatura. A pesar de las tensiones internas y algunos intentos de boicot, finalmente la reforma pasó sin mayores sorpresas, y el mérito de la victoria recayó en la Legislatura.
El texto de la reforma es mucho más abierto que el de la Constitución Nacional de 1994, que se vio limitada por el núcleo de coincidencias básicas. Este formato flexible brinda a los convencionales un mayor margen de maniobra y hace más atractivo el debate, aunque también implica una mayor incertidumbre y riesgo en el proceso.
Los opositores acusan al gobernador Pullaro de querer cimentar un nuevo orden con tintes autoritarios, pero desde el oficialismo defienden la reforma como una manera de poner límites al poder político, buscando evitar situaciones de concentración de poder, jueces vitalicios o empresas controladas por relaciones de poder. «La reforma busca ponerle límites al poder político», afirman en la Casa Gris.
En términos de seguridad, eficiencia y transparencia, la reforma incorpora medidas como la «ficha limpia» y la consolidación de la caja jubilatoria dentro de la provincia, protegiéndola de eventuales intentos privatizadores. El proceso, sin embargo, también deja al descubierto las fisuras dentro de los distintos espacios políticos, como el peronismo y el sector de Amalia Granata.
Granata, una de las principales derrotadas, no logró boicotear la reforma y su bloque se fracturó por segunda vez consecutiva. Su ausencia en la sesión crucial de la Legislatura también fue objeto de críticas, lo que refleja las limitaciones de su estilo de liderazgo. Ahora, la incógnita es si Granata podría formar una alianza con La Libertad Avanza o si competirá por separado, lo que podría afectar la dinámica política en Santa Fe.
En cuanto al futuro electoral, la atención se centra en la figura de Pullaro, quien podría encabezar la lista de Unidos para las próximas elecciones. Si bien aún no está confirmada su candidatura, la mayoría dentro de la coalición lo considera el mejor escenario. Las conversaciones sobre la estrategia electoral se trasladarán a principios de 2025, y el proceso de la reforma constitucional se perfila como un elemento central en la campaña.
La fecha de la Convención Reformadora sigue siendo un tema pendiente, pero la posibilidad de que se celebre entre abril de 2025 y marzo de 2026 deja abiertas varias opciones, dependiendo de los resultados de las elecciones nacionales. En cualquier caso, se perfila como un plebiscito sobre la gestión de Pullaro, y una victoria en las urnas sería crucial para cimentar las bases de una posible reelección.
La reforma constitucional ha puesto a Unidos en modo alpinista, una disciplina que exige flexibilidad, resiliencia y trabajo en equipo. Si bien el proceso ha sido exitoso hasta ahora, los próximos pasos exigirán aún más astucia política y una sólida estrategia para lograr la implementación efectiva de las reformas.