Brutal agresión en La Bajada: un vecino golpea a un niño por jugar al ring raje
El tradicional juego de ring raje, tan arraigado en los barrios, terminó en un episodio de violencia extrema en La Bajada, la zona donde Lionel Messi dio sus primeros pasos. Lautaro, un niño de 11 años, fue víctima de una golpiza a manos de un vecino tras tocar el timbre de su casa junto a sus amigos. El hecho ocurrió el pasado lunes, en las inmediaciones de Estado de Israel y pasaje Australia, cerca de la avenida Uriburu.
Un juego que terminó en tragedia
Lautaro jugaba con otros chicos del barrio cuando tocaron el timbre de una vivienda y corrieron. Lo que debería haber sido una travesura terminó de manera inesperada: el vecino, un hombre de 43 años, salió de su casa, persiguió al menor, lo tiró al suelo y le propinó cinco patadas.
“Mi hijo tiene 11 años. Este hombre, de 43, le pegó con saña, lo hizo caer y lo golpeó en el piso. Tiene fractura en la mano y una lesión en la rodilla”, relató Roberto, padre del niño, en diálogo con LT8.
El padre recordó que, al llegar a casa cerca de las 21 horas, encontró a Lautaro llorando y lastimado en la esquina. Los vecinos habían logrado separarlo del agresor y avisaron a su esposa. “Decidimos primero atender a Lautaro. Ni siquiera quise pensar qué habría pasado si iba directamente a buscar al hombre”, agregó.
Intervención policial y un calvario para la familia
La familia llevó al menor al Hospital Español, donde le realizaron estudios para determinar el alcance de las lesiones. Durante el traslado, Roberto contactó a la Policía, que acudió con cinco móviles a la vivienda del agresor. Al ser confrontado, el hombre admitió haber golpeado a Lautaro y fue detenido y trasladado a la Comisaría 15, en Sarmiento y Ameghino.
Sin embargo, el proceso de denuncia fue largo y tortuoso. La familia pasó más de cuatro horas en la comisaría para completar el trámite formal mientras Lautaro declaraba sobre lo sucedido.
El episodio no terminó ahí. La esposa del detenido llegó a la seccional y, lejos de buscar un diálogo, increpó a la familia y les tomó fotografías. “Nos sacó fotos a todos y a nuestro auto. La policía me dijo que podía hacerlo porque estábamos en la vía pública”, denunció Roberto.
Impunidad y miedo
Cinco días después del ataque, el agresor fue liberado, según informó la Fiscalía al padre del menor. “Estoy preocupado porque no sé quiénes son ni de dónde vienen. Es un nuevo vecino y no hay forma de saber sus antecedentes. Nos sentimos desprotegidos”, lamentó.
La familia también criticó la falta de atención hacia Lautaro, quien sigue en shock por la agresión. “Le robaron la infancia y la libertad. Ni siquiera intentó pedir disculpas ni hablar con nosotros para que pudiéramos explicarle a Lautaro que lo que hizo no se hace”, expresó Roberto.
Un llamado a la reflexión
Lo que debía ser un juego inocente derivó en un acto de violencia desproporcionada que dejó marcas físicas y emocionales en un niño. Este caso plantea la necesidad de reflexionar como sociedad sobre cómo canalizar conflictos sin recurrir a la violencia y cómo proteger a los más vulnerables.