Velatorio de “Rana” Attardo bajo estricta vigilancia policial mientras Rosario llora a sus líderes caídos
Este domingo por la tarde, comenzaron los servicios fúnebres de Daniel “Rana” Attardo, el hombre de confianza de Andrés “Pillín” Bracamonte en la barra de Rosario Central, asesinado junto a su líder en un violento ataque la noche del sábado. La despedida de Attardo se lleva a cabo en la cochería Di Lorenzo, en la esquina de San Lorenzo y Riccheri, bajo una rigurosa custodia policial. Pese al peso de su figura en el mundo de las barras, hasta el momento solo unos pocos se han acercado a rendir homenaje.
Una despedida bajo fuerte seguridad
Aunque el velorio ha contado con una asistencia moderada, la seguridad alrededor de la cochería es notoria. Las autoridades han tomado precauciones para evitar cualquier incidente en las inmediaciones, conscientes de que la muerte de Attardo y Bracamonte ha dejado una marca profunda en Rosario. Su muerte trae consigo un vacío en la barra brava y un eco de temores entre quienes les eran leales.
Attardo, delegado sindical de la UPCN en el Hospital Centenario, era un personaje conocido en varios círculos de la ciudad, desde su rol en la barra brava de Rosario Central hasta su vinculación con incidentes notorios. En 2014, fue deportado de Brasil mientras intentaba asistir a un partido de la Selección Argentina durante el Mundial, un hecho que le dio notoriedad en el ámbito futbolístico y que reflejó la polémica en torno a los líderes de las barras bravas.
La emboscada mortal tras el partido en el Gigante de Arroyito
El sábado, Rosario Central había jugado contra San Lorenzo en el Gigante de Arroyito. A la salida del partido, la tragedia se desató cuando Bracamonte y Attardo fueron emboscados por dos sicarios en la intersección de Reconquista y Avellaneda, un punto cercano al estadio y a un conocido bar donde aún cenaban varios hinchas. Los disparos sorprendieron a todos; se oyeron entre siete y diez detonaciones que sellaron el destino de los dos hombres.
Las víctimas, que se desplazaban en una Chevrolet S10 blanca, fueron alcanzadas por los agresores que, a pie, dispararon con precisión antes de escapar sin dejar rastro. Los heridos recibieron auxilio de personas cercanas y fueron trasladados al Hospital Centenario, donde los médicos confirmaron sus muertes debido a la gravedad de las heridas.
Rosario en alerta: un doble crimen que marca un antes y un después
La muerte de Bracamonte y Attardo en este brutal ataque ha puesto de manifiesto una vez más la violencia y el poder de las barras bravas en Rosario. Ambos eran figuras clave en el manejo de la barra de Rosario Central, y su desaparición deja un vacío que posiblemente generará un reacomodamiento en las filas internas del grupo y, tal vez, represalias en un entorno ya conflictivo.
Rosario, una ciudad que ya se encontraba en la mira por los niveles de violencia y crimen organizado, vive ahora con una nueva preocupación. La vida de Attardo, marcada por sus lealtades y controversias, llega a un abrupto final, dejando tras de sí un legado de episodios oscuros y una barra brava sin sus dos líderes indiscutidos.