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El fútbol rosarino despide a Omar Palma, leyenda de Rosario Central

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El martes por la noche, Rosario Central y el fútbol argentino entero quedaron de luto con la noticia del fallecimiento de Omar Palma, una de las máximas leyendas del club canalla. El exjugador, de 66 años, murió tras haber sufrido un accidente cerebrovascular hemorrágico (ACV) la semana anterior. Desde entonces, su pronóstico fue “reservado”, pero lamentablemente su situación no mejoró, y su fallecimiento se confirmó en la noche del lunes.

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Palma, conocido cariñosamente como “El Negro”, sufrió el ACV mientras compartía un momento familiar, tomando mates con uno de sus nietos en Ybarlucea. Su hija solicitó asistencia médica de inmediato y fue trasladado en ambulancia al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Allí se le realizaron los primeros procedimientos, pero luego fue derivado al Hospital Italiano de Rosario, donde se le practicó una operación compleja.

Pese a los esfuerzos médicos y a los deseos de sus seguidores de verlo recuperado, el último parte médico indicaba que estaba en estado crítico en la Unidad de Terapia Intensiva, con asistencia mecánica respiratoria. Su fallecimiento deja un vacío inmenso no solo en la historia de Rosario Central, sino también en el fútbol argentino en su conjunto.

Un ícono del fútbol argentino y rosarino

Omar Palma no solo fue un futbolista destacado, sino que su legado trasciende generaciones. Con sus grandes actuaciones, fue protagonista de los momentos más gloriosos de Rosario Central. Palma es, sin dudas, el jugador más laureado en la historia del club, habiendo logrado tres campeonatos y siendo determinante en momentos clave, siempre con su inconfundible estilo elegante y sacrificado.

Palma, un talentoso mediocampista ofensivo, se ganó el cariño del pueblo auriazul por su capacidad para desequilibrar en los partidos más difíciles. En el Nacional de 1980, cuando apenas tenía 22 años, marcó un golazo desde fuera del área en la goleada 5-1 ante Racing de Córdoba en la primera final, dando una muestra de su calidad. Este fue el primero de muchos gritos de gol que quedarían grabados en la memoria de los hinchas de Central.

Más allá de los momentos de gloria, Palma también estuvo en las malas. En 1985 fue parte del equipo que consiguió el ascenso a Primera División, siendo clave en la victoria 2-1 sobre Villa Dálmine, que marcó el regreso de Central al fútbol grande de Argentina.

Los hitos más recordados de su carrera

Omar Palma no solo fue protagonista en los ascensos, sino también en los momentos de consagración. En la última fecha del campeonato 1986/87, convirtió el gol del empate frente a Temperley, lo que permitió a Rosario Central coronarse campeón con Ángel Zof como director técnico. Esa imagen de Palma anotando desde el punto penal y celebrando el título es una de las más icónicas en la historia del club.

Pero quizás su momento más memorable fue la noche del 19 de diciembre de 1995, cuando Central se consagró campeón de la Copa Conmebol en una final épica frente a Atlético Mineiro. Luego de haber perdido 4-0 en Brasil, el equipo auriazul logró revertir el resultado en el Gigante de Arroyito, ganando 4-0 y forzando una definición por penales. Palma, como capitán y referente, convirtió uno de los penales que le dio a Central el título internacional más importante de su historia.

Un hombre de la casa

Omar Palma nació el 12 de abril de 1958 en Campo Largo, Chaco, y llegó a Rosario Central para escribir una historia que pocos podrían igualar. A lo largo de su carrera, jugó en tres períodos en el club: de 1979 a 1985, de 1986 a 1987 y de 1992 a 1998, disputando un total de 390 partidos. Con esa cifra, es el tercer jugador con más presencias en la historia del club, solo por detrás de Jorge José González y Alfredo Fogel.

Su debut oficial fue el 21 de octubre de 1979, en un empate 1-1 ante Boca Juniors, y su último partido fue el 7 de junio de 1998, en una derrota 3-2 frente a Gimnasia de Jujuy. Aquel día, con 40 años, Palma se convirtió en el futbolista más longevo en la historia del club. Anotó un total de 64 goles, siendo su mejor actuación individual en un partido en 1981, cuando Central venció 6-4 a Huracán y Palma convirtió cuatro tantos, dos de ellos de penal.

A lo largo de su carrera, enfrentó a grandes arqueros, pero Esteban Pogany fue a quien más goles le marcó, con un total de siete en distintas etapas de su carrera. El legado de Palma no solo se refleja en sus números, sino en el cariño incondicional que le brindaron hinchas canallas y hasta simpatizantes de Newell’s y otros equipos, quienes se volcaron a las redes sociales para expresar sus condolencias.

Un adiós que duele en todo el fútbol argentino

Omar Palma no solo fue un gran futbolista, sino una persona profundamente querida y respetada por todos. Su figura trasciende los colores, y su fallecimiento deja un vacío enorme en el corazón del fútbol rosarino. En las redes, hinchas de Central y de otros equipos han expresado su tristeza y agradecimiento por lo que “El Negro” representó dentro y fuera de la cancha.

El legado de Palma vivirá para siempre en las memorias de quienes lo vieron jugar, en los títulos que conquistó y en el amor que sembró en cada rincón del fútbol argentino.

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