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Baños de Hielo: La Nueva Tendencia en Rosario que Promete Mejorar la Salud Física y Mental

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En los últimos años, una práctica ancestral ha resurgido en el mundo moderno como una terapia alternativa para mejorar la salud física y mental: los baños de hielo. Esta actividad, aunque no cuenta con una base científica robusta que la respalde, se ha convertido en una tendencia creciente, especialmente en Rosario, donde distintos profesionales han comenzado a ofrecer cursos y sesiones para aquellos interesados en experimentar los beneficios que promete el frío extremo.

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El Auge de los Baños de Hielo en Rosario

El preparador físico y coach ontológico Gonzalo Demarchi y el kinesiólogo y osteópata Juan Ignacio Carreras son dos de los profesionales que han incursionado en esta actividad en la ciudad. Ambos ofrecen jornadas de baños de hielo en espacios al aire libre, donde se disponen piletas de lona llenas de agua y kilos de hielo, recreando las condiciones extremas que se asocian con los supuestos beneficios terapéuticos del frío.

A nivel mundial, la popularización de esta práctica se debe en gran parte a Wim Hof, un atleta extremo de origen holandés conocido como «The Iceman», quien desarrolló un método que lleva su nombre. Este método combina la terapia de frío con técnicas de respiración y meditación, y ha ganado seguidores en todo el mundo. Sin embargo, el acceso a la formación oficial en el método Wim Hof no es sencillo ni económico. El costo de ingresar a la academia supera los 4 mil euros, y las clases se imparten solo en inglés en países como Polonia, México y Australia. Estas barreras han llevado a entrenadores locales, como Demarchi y Carreras, a desarrollar sus propias metodologías adaptadas a las necesidades y realidades de los rosarinos.

Metodologías Locales Adaptadas a las Necesidades de Rosario

Gonzalo Demarchi, quien conoció la crioterapia durante su formación como guardavidas, ha ideado una metodología propia basada en pilares como la meditación, las técnicas de respiración, la activación corporal y el enfoque mental. Según Demarchi, su interés por esta práctica creció durante la pandemia, cuando se instruyó en el método Wim Hof y en otras prácticas que utilizan el frío como herramienta para tratar enfermedades y malestares emocionales.

Demarchi ofrece dos formatos de cursos en Rosario. El primero es un taller intensivo de cinco horas para principiantes, que incluye lecciones sobre salud y respiración, seguido de la primera inmersión en hielo. Este taller tiene un costo de $45 mil y se realiza en grupos de 30 a 40 personas. El segundo formato es una práctica semanal de una hora y media, que incluye meditación y un baño de hielo, dirigida a quienes ya han completado el taller inicial. Esta sesión tiene un costo de $7 mil, y según el entrenador, lo ideal es realizarla cada seis días.

Por su parte, Juan Ignacio Carreras, kinesiólogo y osteópata, enfatiza la importancia de aprender a respirar adecuadamente antes de sumergirse en agua helada. Durante las sesiones, los participantes deben realizar respiraciones especiales que ayudan a activar el sistema parasimpático, el cual está relacionado con los procesos de relajación. Carreras organiza encuentros largos una o dos veces por mes, con un costo de $30 mil por persona, y también ofrece jornadas más cortas para aquellos que ya han experimentado la terapia.

El Frío Como Oportunidad de Negocio

La creciente demanda de estas terapias ha llevado a los profesionales a convertir los baños de hielo en un negocio rentable. Gonzalo Demarchi comenzó a organizar jornadas de hielo en 2020 en Casa Binah, un espacio en Ayacucho al 2200. Para llevar a cabo estas sesiones, adquirió doce piletas de lona, cada una con un costo de $200 mil, lo que le permite trasladarlas fácilmente y ofrecer encuentros personalizados a empresas y centros holísticos. Estas jornadas, centradas en el liderazgo emocional y el trabajo en equipo, pueden costar hasta $300 mil cada una.

Además, Demarchi ha instalado un gimnasio propio donde realiza crioterapia, una serie de sesiones que utilizan el frío para sanar lesiones en los tejidos del cuerpo. Este método requiere de cabinas especiales, que en su caso son piletas de madera con un costo de entre $600 mil y $700 mil. Las sesiones se realizan en ambientes con temperatura controlada por un «chiller», un aparato enfriador de agua que cuesta alrededor de u$s 1500. Los deportistas son los principales clientes de esta terapia, y Demarchi ha trabajado con el plantel de Futsal de Newells, ofreciendo packs de tres sesiones por $15 mil cada una.

Por otro lado, Juan Ignacio Carreras organiza las inmersiones en el centro de kinesiología Kalos, en Fisherton. Allí, utiliza piletas de lona de 80 cm de diámetro por 74 cm de largo, donde una persona puede sumergirse a la vez. Cada sesión requiere cerca de 100 kilos de hielo, lo que equivale a comprar casi 20 bolsas por jornada. Carreras también ha comenzado a ofrecer visitas corporativas, llevando las piletas a empresas que desean ofrecer esta experiencia a sus empleados como una forma de promover el bienestar y la cohesión del equipo.

Conclusión: El Frío se Instala en Rosario como Terapia y Negocio

Los baños de hielo se están consolidando en Rosario como una práctica que, aunque no cuenta con respaldo científico, ha captado el interés de muchas personas que buscan mejorar su salud física y mental. Profesionales como Gonzalo Demarchi y Juan Ignacio Carreras han encontrado en esta tendencia una oportunidad de negocio, desarrollando metodologías locales y ofreciendo sesiones tanto a nivel individual como corporativo. Con una demanda en crecimiento, el frío se ha instalado en la ciudad no solo como una terapia alternativa, sino también como una nueva forma de emprender en el ámbito del bienestar.

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