Franco Bartolacci, Rector de la UNR, Combina Protocolo y Pasión por el Asado en el Día de la Bandera
En un gesto que capturó tanto la atención como el corazón de los rosarinos, Franco Bartolacci, el actual rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), se sumergió en una jornada de contrastes y compromisos el pasado Día de la Bandera. La ocasión, que reunió a destacadas figuras políticas y culturales en la ciudad, fue marcada por su participación en el tradicional concurso de Asado a la Estaca, una actividad que no solo demostró su habilidad para balancear responsabilidades institucionales con pasiones personales, sino que también destacó su conexión con la comunidad universitaria y el espíritu festivo que caracteriza a Rosario en fechas tan significativas.
Desde tempranas horas de la mañana, Bartolacci se encontraba junto a su equipo, el cual incluía otros miembros del grupo «La Morada», un guiño a su pasado en Franja Morada, la histórica agrupación estudiantil de la UNR. La tarea comenzó con la preparación meticulosa del fuego, utilizando no menos de 80 kilos de leña, un gesto que anticipaba la intensidad y la dedicación que caracterizarían su día. A pesar de las obligaciones que la posición de rector impone, Bartolacci no dudó en asumir un rol activo en el concurso, una tradición arraigada en la cultura gastronómica y comunitaria de la región.
El compromiso con la ceremonia oficial del Día de la Bandera, donde se esperaba su presencia junto a figuras clave como el presidente Javier Milei, el gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin, representaba otro desafío logístico para Bartolacci y su equipo. Sin embargo, la habilidad para coordinar y delegar permitió que la participación en el concurso continuara sin interrupciones, garantizando que la atención y el respeto debidos a ambas esferas de responsabilidad se mantuvieran intactos.
El contraste entre el traje formal del acto protocolar y el delantal de cocinero fue solo uno de los muchos momentos que destacaron la versatilidad de Bartolacci durante la jornada. Tras el cumplimiento de su deber ceremonial, el rector regresó al lugar del concurso, cerca de las 10:30 de la mañana, para retomar su participación activa en el proceso de asado. Este retorno simbolizó no solo su compromiso con la competencia gastronómica, sino también su capacidad para conectar con la comunidad estudiantil y local en un nivel más personal y auténtico.
La competencia misma no estuvo exenta de emoción y camaradería. Aunque el equipo de Bartolacci y «La Morada» no se llevó el primer lugar según el veredicto del jurado, el ambiente festivo y la energía compartida aseguraron que la experiencia fuera gratificante y enriquecedora para todos los participantes. Más allá de los resultados, la presencia del rector y su equipo destacó la importancia de mantener vivas las tradiciones locales y fomentar un sentido de comunidad entre todos los sectores de la sociedad rosarina.
En sus propias palabras, Bartolacci describió la jornada como una «maravilla» y un recordatorio de la importancia de disfrutar y participar plenamente en las actividades que enriquecen el tejido social de la ciudad. La combinación de trabajo arduo, dedicación personal y compromiso con la comunidad resonó con los espectadores y participantes por igual, subrayando el papel crucial que los líderes locales tienen en la promoción de la cultura y el espíritu cívico en tiempos modernos.
Después del veredicto del jurado y a pesar del resultado, el día continuó con la adición de más cortes a la parrilla y la oportunidad de compartir la comida con aquellos que se acercaron al stand del equipo. Este gesto de generosidad y apertura hacia la comunidad reflejó el espíritu inclusivo y participativo que Bartolacci ha promovido desde que asumió su rol como rector de la UNR, consolidando su imagen no solo como un líder académico, sino también como un ciudadano comprometido con el bienestar y la cultura de Rosario.
En resumen, la participación de Franco Bartolacci en el concurso de Asado a la Estaca durante el Día de la Bandera no solo sirvió para unir tradiciones locales y compromisos institucionales, sino que también subrayó su capacidad para inspirar y conectar con la comunidad a través de acciones que celebran lo mejor de la identidad rosarina.