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La biopic de Fito: la difícil tarea de interpretar a las leyendas del rock

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Fito Páez no sólo tiene una carrera exitosa como artista, que incluye el trabajo más vendido de la industria discográfica argentina, giras internacionales y hasta películas y libros de su autoría, sino que ahora, además, tiene una serie sobre su vida. “El amor después del amor”, la biopic que estrena Netflix el próximo miércoles, hace foco en gran parte de las alegrías y pesares de Páez, y ofrece un pantallazo del rock argentino de los 80, con Charly, Spinetta, Baglietto, el under con Urdapilleta y Tortonese, Los Twist y siguen las firmas. Zoom dialogó con Ivos Hochman y Micaela Riera, quienes interpetan magistralmente a Fito Páez y Fabiana Cantilo, en una entrevista en la que explicaron qué emociones los atravesaron al contar un mojón importante de la historia del rock de este país. “Me enfoqué en la libertad y en el alma de ella para que se vea todo lo demás”, dijo Riera sobre su rol de Cantilo. “Lo primero que tomé para componer a Páez es el vínculo con el piano, eso se ve mucho en la serie, que cada vez que toco, aparece algo que es Fito”, destacó Hochman.

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Cecilia Roth, interpretada por Daryna Butryk, representa a ese segundo amor después del primer amor de Fabiana Cantilo en la vida de Fito Páez (Ivos Hochman).

Cecilia Roth, interpretada por Daryna Butryk, representa a ese segundo amor después del primer amor de Fabiana Cantilo en la vida de Fito Páez (Ivos Hochman).

 —¿Qué traían ustedes de su bagaje personal de Fito como para volcarlo en sus personajes, qué significaba Fito en sus vidas?

  Ivos Hochman (Fito Páez): Yo nací en el 94, el disco “El amor después del amor” es del 92 y el show de Vélez es del 93, y mis papás tenían ese disco en casa y se escuchaba mucho. Ellos se sentaban en el living y lo escuchaban entero y lo cantaban. De hecho en su casamiento pusieron “Brillante sobre el mic” para la entrada, para el baile de cierre o algo así, por lo tanto hay algo muy personal y muy encarnado en ese momento de mi infancia. Y lo loco es que la serie se llama “El amor después del amor” y es justo sobre ese disco, porque no había otros discos anteriores de Fito en casa, porque no éramos fanáticos de Fito, aunque sí nos gustaba mucho, pero el vínculo era con este disco. Por eso digo que haya pasado esto es súper loco. Después yo sí en mi adolescencia entré a investigar sobre el rock y los próceres del rock nacional y me bajé la discografía de todos, incluida la de Fito. Y saliéndome de la música siento que hay algo que me pasó y creo que a ella también, y a muchos de los intérpretes de los personajes de la serie, eso de encontrar algo muy personal y casi innombrable, porque no es que nos sentimos iguales, pero nos sentimos muy cerca del personaje que interpretamos. De hecho está Joaco Baglietto,que es hijo de Baglietto, y está increíble.

  Micaela Riera (Fabiana Cantilo): Es igual aparte, ¡igual!

  —¿Vos cantás Ivos?

 Hochman: A mí me gusta mucho cantar en la ducha (risas), canto y canto mucho, pero en la serie es un híbrido en realidad. Hay algunas partes mías, pero la voz es de Agustín Britos, que es un cantante muy bueno y trabaja mucho imitando a Fito, la tiene muy clara. Hay algunos momentos que se escucha mi voz, a veces se mezcla, pero es él.

 —Micaela, el vínculo de amor de Fito con Fabiana es eterno, Fito lo publica a diario en redes incluso, pero también se ve en la serie, donde se ratifica que mutuamente se hacían el aguante, había una comunión ahí. ¿Fuiste por ahí para representar a Cantilo?

  Riera: Yo creo que en lo que me más me basé para representarla, además de todos los tips que me dio ella, es que Fabi es un espíritu libre y completamente evolucionada, está en otro plano ella. Eso hizo que se dé todo lo otro, que se dé el vínculo tan hermoso que hay con el personaje de Fito. Y creo que fue simplemente eso, enfocarme en la libertad y en el alma de ella como para que se vea todo lo demás.

  —¿Te pasó sentir que era mucha presión representar a una mujer que integró una pareja tan emblemática del rock argentino?

  —No, a mí lo que más presión me dio fue representar a una persona obviamente emblemática y súper importante para nuestra historia de la música argentina, pero que sea una persona viva, que va a ver mi interpretación y que de alguna forma la va a juzgar, eso fue lo que más presión me dio. Pero no dejé que me atraviese toda esa presión sino que dejé que sea un impulso para el trabajo.

Campi interpreta magistralmente a Rodolfo Páez, el papá de Fito.

Campi interpreta magistralmente a Rodolfo Páez, el papá de Fito.

  —Ivos, cada vez que te vi en la serie sentí que estaba viendo a Fito, hiciste una composición muy creíble. ¿Qué fue lo que dijiste esto no puede faltar de Fito?

 Hochman: Mirá, te voy a responder dos cosas que para mí fueron claves. Lo primero es el vínculo con el piano, eso se ve mucho en la serie, que cada vez que toco, aparece algo que es Fito, y es muy personal de lo que le está pasando al personaje también. Eso me conectaba mucho, yo toco el piano y me gusta mucho, y creo que había algo de la música, de las manos, y era clave para pensar a Fito como personaje. Y lo otro, que para mí fue un desafío grande, el hecho de representar a una persona no solo viva sino muy vigente, muy vista, ya que hay videos en Youtube, que se pueden ir a chequear, a ver, y creo que todos nos propusimos encarnar a un personaje desde nosotros y dejarlo que aparezca sin ir a imitar, sin ir a buscar. Y para eso, al menos en mi caso, fue clave hacerme la pregunta ¿por qué Fito se mueve así, por qué habla así? Porque yo no quería ir a imitar y decir “ah, mueve los brazos”, me parecía muy vacío eso. Entonces me dije que tal vez se mueve así porque quiere ser visto, quiere ser escuchado. ¿Y por qué quiere ser escuchado? Tal vez por el padre, porque no aceptaba que él fuera músico y no podía verlo en ese sentido, quería que fuese otra persona. Entonces pensé que todo lo que hace él fue para llamar la atención de su padre e incluso fui un poco más allá, y pienso que también deseaba hacer un llamado de atención de su madre, que no lo pudo ver, creo que esa fue la clave.

  Riera: Respecto a los movimientos, a mí me pasó algo muy parecido con Fabi, que uno de los tips que me dio fue que ella todo el tiempo se estaba moviendo. Y ahí yo también pensé ¿por qué se mueve todo el tiempo? Y llegué a la conclusión y trabajé sobre eso, de que Fabi se movía porque tiene tantos pensamientos y está todo el tiempo como tratando de salir y realmente su cerebro es así. Piensa en algo, entonces es como que trata de salir de ese pensamiento, entra en otro, trata de salir, y está todo el tiempo incómoda en su propio cerebro, y eso es algo en que trabajé muy fuerte.

  —Así como Micaela habló con Fabiana, ¿vos también pudiste hablar con Fito mientras componías su personaje?¿Te dio alguna devolución de tu trabajo?

  Hochman: Sí, tuvimos algunos intercambios claves, que estuvieron lindos, me habló de las manos, del vínculo del piano y la posición de sus manos, hablamos una vez del pelo y de su estar en escena; otro día me enseñó “Chega de saudade”, de Jobim, que iba a estar en una escena que la cantábamos con Jean Pierre Noher, pero al final no quedó en la edición final, pero fue un momento importante para mí al escuchar a Fito enseñarme una canción, eso fue hermoso.

  —¿Cómo fue meterse en la piel de esos años 80 en la Argentina atravesando un hilo temático que cruzaba la Dictadura, con el deseo de libertad y las ansias de descubrimiento personal de cada personaje?

 Riera: Para mí fue hermoso, yo fui siempre muy fanática de los ochentas, siempre me gustó mucho sobre todo la música argentina de los ochentas, que es como muy gracioso porque es lo que consumí en mi adolescencia. Yo crecí escuchando música de los ochentas, que tampoco era algo tan loco para mí, porque tenía varios amigos que también lo hacían. Hoy en día es algo que medio que no existe, y está buenísimo que vengamos nosotros a imponer de nuevo todo esto, porque la música de los ochentas es la mejor, tenemos los mejores músicos y están todos en esa época. Yo lo viví a puro disfrute y para mí fue un disfrute total.

  Hochman: Sí, para mí también, y además los equipos de arte hicieron todo para traer ese mundo a lo actual. Y podría hablar tanto de esto, pero te doy solo un ejemplo: ¿viste cuando ponés una canción en el reproductor y tocás la batería en el aire, la guitarra, y no hay nada más divertido que eso? Bueno, acá fue igual, fue jugar todo el tiempo, pero con una banda entera, jugar a ser una estrella de rock, y no podría haber nada más divertido que eso.

  —¿Qué sobrevive en la cultura rock de la Argentina de aquellos años 80?

 Riera: Creo que Fito es una de esas respuestas súper importantes. Fito, Charly, El Flaco, Fabi, todos los que aparecen en esta serie son inmortales, al menos siguen vigentes y lo van a ser por un tiempo más porque ellos interpretaron ese género de una forma tan especial que va a perdurar mucho tiempo. No sé si es por la época en la que se vivía o por todo, pero siento que dentro de todos los géneros, el tango y el rock de los 80 en la Argentina son algo que llegó para quedarse.

 —¿Se viene la segunda temporada de “El amor después del amor”? Porque el disco está en plena celebración de sus 30 años.

 Hochman: Nos gustaría que hubiese una segunda temporada porque eso significaría que a la primera le fue muy bien. Y sería hermoso eso, y que a la gente le guste y que se replique. Pero la verdad es que no lo sabemos todavía y es muy pronto para saberlo. Creo que tiene que estrenarse, que la gente la disfrute y pasar toda esta primera etapa.

 Riera: Sí, ponernos en el presente, todavía no salió la primera y esperemos que sea un éxito.

 —¿Saben que puede pasar que desde el miércoles en adelante les digan Fito y Fabi por la calle?

 Riera: Ojalá, porque eso quiere decir que nos fue muy bien.

  Hochman: ¡Ojalá se dé!

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