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Marcha en Villa Gobernador Gálvez: «Abandoné a mi hijo, siento que soy un mal padre»

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El crimen de Fabricio Guiral sigue conmocionando a la ciudad de Villa Gobernador Gálvez. Unas 200 personas se congregaron a última hora de la tarde de este lunes para reclamar justicia por el crimen del joven de 21 años asesinado cuando fue a abrir la puerta de su casa y un hombre le disparó para luego huir del lugar. Hernán, padre de la víctima, cargó contra la política y la Justicia de la provincia porque no les brindaron la protección que le habían prometido luego de haber sufrido, veinte días atrás, una balacera extorsiva contra la cervecería que hace algo más de tres meses abrió en el centro villagalvense. Según trascendió entonces, los agresores le habían pedido 200 mil pesos para dejarlo trabajar tranquilo.

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“No creo en la justicia, en la Policía, sólo en esta gente hermosa que me acompaña a mí y a mi hijo”, se descargó Hernán Guiral ante medios televisivos. “En la provincia están todos arreglados. El narcosocialismo empezó desde hace muchos años, le tirotearon la casa al gobernador, la droga va de la mano con la política. El juez Carbone (en aparente alusión al fiscal Franco Carbone) me dijo que a mi hijito lo iban a cuidar, que no nos iba a pasar nada. Ahora no me atiende y de la provincia no me llamó nadie», sostuvo.

Con bronca y pesar, el padre de Fabricio recordó: «Siento que abandoné a mi hijo, que soy un mal padre. Lo protegí toda su vida, salió adelante de una enfermedad y cuando le dije de poner el bar me dijo que sí”.

Guiral aludió a una reunión que mantuvo en la sede de la asociación de comerciantes con autoridades provinciales, quienes habían prometido protección a comerciantes de la ciudad que estaban sufriendo extorsiones a balazos. Y remarcó su desazón por el fatal desenlace: “Que capturen a todos los políticos y policías que viven de estos delincuentes”, sostuvo, antes de advertir: “No voy a ir a la Justicia provincial porque ellos son responsables de esto. Mañana voy a ir a Buenos Aires a la Justicia Federal a llevar todo lo que tengo para que caigan los responsables”.

Y añadió: «La Justicia provincial estaba a cargo de proteger a mi hijo. La Justicia provincial me mató a mi hijo».

El domingo, cerca de las 14.15, un hombre tocó la puerta de la casa de la familia Guiral en el barrio Esperanza, de Villa Gobernador Gálvez. Fabricio fue a abrir la puerta, como podrían haberlo hecho cualquiera de sus hermanos o sus padres. Apenas asomó el cuerpo una bala fue directo al rostro. Le disparó un hombre joven que se trasladaba en un auto junto a un cómplice.

En la tarde del domingo, la puerta de la casa del barrio Esperanza era un desfile de familiares y amigos. Hernán estaba destruido. “Me sacaron lo mejor de mi vida”, le dijo a un amigo llorando. En el living de la casa de una familia imperaban el dolor y la impotencia. Todos con lágrimas y con indignación en el rostro y las muelas. “Esto no puede seguir así, te matan en cualquier esquina. La Policía debe saber quiénes son. Los políticos y la Justicia también lo saben. Antes no podías salir de noche, ahora ni de noche ni de día”, se lamentaba uno de los amigos.

La familia abrió en diciembre pasado la cervecería Estación Sinfonía en San Martín al 2000. El pasado 8 de marzo dos hombres en moto dispararon sobre el frente del negocio y habrían amenazado a Hernán. Si bien no habían trascendido avances de la investigación en manos de la fiscal de Homicidios Gisela Paolicelli, esa extorsión se ubica al frente de los posibles móviles del crimen.

Ese 8 de marzo primero se escucharon dos disparos al aire desde Juan Perón y San Martín y a los pocos minutos tres disparos que impactaron en el frente del local. Esa semana hubo ocho episodios sobre los bares del centro y comercios de barrio que recibieron llamados extorsivos pidiendo dinero para seguir funcionando. En el caso de la familia Guiral, trascendió que le habrían pedido 200 mil pesos para trabajar. “Si ponés un negocio, a los impuestos les tenés que sumar ahora las extorsiones. Esta familia es de trabajadores y ahora tienen que llorar un hijo”, dijo otro allegado mientras insultaba por lo bajo.

En declaraciones a LT8, Hernán relató que, tras el ataque intimidatorio del 8 de marzo, radicó una denuncia ante el Ministerio Público de la Acusación (MPA). “La denuncia se radicó y tenían todos los elementos para evitar esto. Pero no hicieron lo suficiente para evitarlo”, sostuvo, y agregó: “El secretario de Justicia de Santa Fe vino a hablar conmigo personalmente y con el intendente Alberto Ricci y toda su comitiva. Me dijeron que me quedara tranquilo, que este problema lo iban a solucionar y que iban a meter a toda esa gente presa, que tenían todas las herramientas legales para hacerlo. Pero hoy yo tengo que enterrar a mi hijo. Detrás de esto está la mala Justicia que tiene el país y los jueces que no hacen nada”.

Aseguró que él y su familia eran “testigos protegidos” pero el patrullero que debía custodiar la casa “no estaba. Hicieron abandono de sus labores. No había nadie cuidando”.

Desde la Fiscalía Regional expresaron que “la causa de la balacera del 8 de marzo ingresó por la fiscalía de Flagrancia, la atendió el fiscal Franco Carbone, quien solicitó rondas de vigilancia en la zona de la cervecería y comenzó una investigación. Unos días después el fiscal Federico Rébola le dijo a Carbone que podría haber un caso que él estaba investigando y que podría estar relacionado”. Además, “se solicitó a la Unidad de Protección de Víctimas y Testigos una custodia a la familia. Luego de esto se determinó sostener en el tiempo una ronda de un móvil por la casa y hubo una serie de medidas investigativas y avances en la causa”, indicaron.

Sin alma

“Me quedé sin alma, sin corazón. Tengo un dolor profundo por la muerte de mi hijo, un inocente trabajador, de 21 años. Trabajó toda la vida a la par nuestra. Tengo otro hijo de 7 años que tiene una discapacidad. Yo tengo varias enfermedades, entre ellas cáncer. ¿Quién se hará cargo del hermano de Fabricio?”, se preguntó.

Y agregó: “No soy narco, no robo, simplemente soy un trabajador. Cuando me dispararon en el negocio pensé que se habían confundido, no sé».

«Quiero pedir justicia por mi hijo. Voy a ir hasta el fondo. No puedo volver ni a mi casa ni a mi trabajo, se me terminó la vida. Hoy fue mi hijo y mañana si no se hace algo será otra persona”, concluyó.

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