A tres meses de la partida de Falabella, los comerciantes de la zona advierten menor movimiento
Aseguran que el flujo de personas bajó notablemente, al margen de la pandemia, y algunos no tienen esperanzas de que vuelva a abrir otro comercio en la emblemática esquina.
Menos movimiento, una peatonal deteriorada y un futuro incierto. Los días para los comerciantes de Sarmiento y Córdoba transcurren entre esos tres panoramas, desde que Falabella cerró sus puertas el 31 de mayo intensificando el ya por entonces menor flujo de actividad producto de la pandemia y de otro cierre importante en la zona, como fue el de la zapatería Borsalino. Esperan que la actividad repunte un poco con la eventual llegada de un nuevo emprendimiento en la esquina, aunque algunos creen que es imposible reflotar el edificio donde se emplazaba La Favorita.
Antes de que la empresa chilena terminara de desalojar por completo el inmueble, a finales de junio, un grupo de empresarios locales mostró interés en buscar una salida para el edificio y para el centro, ya que la partida de Falabella y el cierre permanente de las persianas afecta directamente tanto a la peatonal como a los comercios linderos. Sobre todo, de la galería que está al lado.PUBLICIDAD
Por el momento, no se conocen mayores avances sobre el futuro de una de las construcciones más icónicas de la ciudad, algo que lleva preocupación a varios comerciantes que traccionaban ventas a partir de las personas que salían de Falabella.
“Venimos mal, hay menos movimiento. No sé si seguir con el local, estoy viendo qué hago”, aseguró Nora, quien está al frente de un comercio de ropa en la galería La Favorita, próximo al ingreso sobre Sarmiento. “Agarré el local en medio de la pandemia, pero no sé si la culpa del mal momento es de la pandemia, la inflación o el cierre de Falabella”, manifestó.
La baja en el movimiento fue reflejada por otros comerciantes, como Samanta, que atiende otra pilchería en el sector central de la galería: “Al margen de la pandemia, hay menos movimiento desde que cerró Borsalino y menos todavía desde que se fue Falabella”.
“Muchos salían de Falabella y entraban en la galería para comprar algo más. Y mientras hacían la cola para ingresar (a la ex La Favorita), miraban algo en la galería”, agregó.
Hay otros comercios que abrieron después del cierre y no pudieron precisar si antes había más o menos movimiento. Sin embargo, esto da cuenta de una rotación de negocios incluso luego de que la firma de capitales chilenos dejara su sucursal rosarina.
Poca Esperanza
Daniel tiene su comercio en la misma galería, cercano al ingreso por la peatonal Córdoba, sobre la que, aseguró, está en un estado de “abandono total y sin mantenimiento” desde que Falabella cerró sus puertas.
Cree que nunca va a volver a abrir nada en el edificio que ocupó hasta hace poco menos de tres meses la empresa chilena y puede que los últimos valores que se desprendían del alquiler del edificio respalden su teoría: el costo mensual que terminó pagando Falabella por el edificio de La Favorita ronda los 60 mil dólares al cambio oficial; es decir, unos 6 millones de pesos.
“La peatonal es un desastre y la ida de Falabella no ayudó. Es muy difícil administrar semejante lugar”, expresó. Justamente, consideró que se necesita un administrador fuerte para llevar adelante ese edificio ya que “los propietarios son un montón, ¿cómo se ponen de acuerdo?”.
La propiedad de La Favorita pertenece en diferentes proporciones a unas 59 personas (la gran mayoría residentes en el país, pero algunos en el exterior), que son segunda y tercera generación de los fundadores de esa tienda histórica, los hermanos Ramón y Ángel García. Entre todos constituyeron en 2002 el Fideicomiso Edificio La Favorita de Rosario, cuyo único patrimonio es el inmueble de Sarmiento y Córdoba. Los familiares y herederos (fiduciantes) son los beneficiarios del importe de los alquileres de esa propiedad y la sociedad Compañía Asturias SA es la administradora del fideicomiso, es decir el fiduciario. El tema es que el tiempo pasa con el edificio vacío, el alquiler no ingresa y, mientras tanto, se debe hacer frente a los impuestos de uno de los emblemas del centro.
La tradicional firma de capitales chilenos había anunciado el 6 de abril el cierre de la emblemática tienda de Córdoba y Sarmiento. Con esta decisión, unos 110 trabajadores se quedaron sin empleo, aunque la empresa confirmó que todos cobraron la indemnización correspondiente, a lo que se sumó un adicional que incluyó una bonificación de cuatro sueldos y la permanencia de los mismos en la obra social de Empleados de Comercio durante cuatro meses.
La noticia del cierre de la tienda abrió la discusión sobre el futuro del centro de la ciudad, en medio de un programa municipal para revitalizarlo. En este contexto, un grupo de comerciantes de la peatonal presentó una propuesta a los dueños del emblemático local para convertir la tienda en una especie de shopping multimarcas.
Es incierto el futuro del emblemático edificio de Sarmiento y Córdoba, ya que aún no hubo avances sobre las propuestas que se exhibieron en estos últimos meses, pero tampoco se advierte la llegada de nuevos jugadores para hacerse cargo del icónico inmueble.