Pablo Otero: El Yabrán del tabaco
Los empresarios nacionales del mercado tabacalero recibieron con alivio el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que acaba de revocar una sentencia por la cual se le otorgaba beneficios impositivos a la empresa Tabacalera Sarandí.
Esta resolución de la Corte que lleva el voto unánime de los 4 jueces que se expidieron en esta ocasión, Carlos Rosenkrantz se excusó de intervenir porque en el pasado fue asesor jurídico de una compañía multinacional de este rubro- obliga a Tabacalera Sarandí a ajustarse a las normativas vigentes, y pagar a la AFIP los mismos impuestos que tributan no sólo las compañías multinacionales, sino también las pymes del sector.
El fallo fue celebrado por los dueños de las tabacaleras más pequeñas, no sólo porque resalta los más elementales principios de equidad frente al fisco de todos los «jugadores» del sector, sino porque además servirá de freno a la «lluvia» de medidas cautelares que Tabacalera Sarandí les interponía regularmente a sus competidores del mercado tabacalero, con el único fin de perjudicarlos.
Para beneficiarse frente a sus competidores – en especial los más pequeños-, Tabacalera Sarandí desplegaba innumerables mecanismos de «ahogo» y «presión». Tan conocido era este proceder extorsionador, que, desde hace unos años en el mercado tabacalero, Pablo Otero (el presidente de Tabacalera Sarandí) es conocido como el «Alfredo Yabrán» del tabaco.
Al igual que Yabrán, «Don Otero» bate el parche de estar afrontando una hipotética «pelea» contra las multinacionales del sector como Philips Morris y Nobleza Piccardo (recordemos que «Don Alfredo» enarbolaba el discurso nacionalista de una «pelea» contra el gigante de la logística mundial, Federal Express), mientras persigue y extorsiona -al igual que Yabrán- a sus competidores más pequeños para ponerlos en dificultades financieras, arrebatarles las empresas, y «comerles» su participación en el mercado.
La posición dominante y las conductas monopólicas son prácticas que no sólo condenan la moderna teoría económica. Desde el fondo de la historia, San Antonino (era un fraile dominico italiano y se llamaba Antonio Pierozzi), arzobispo de Florencia en el siglo XV, ya se oponía a la formación de cualquier tipo de grupo o «carteles» que buscarán apropiarse de cualquier mercado mediante el uso de prácticas extorsivas o violatorias de la ley.
A Pablo Otero parece no importarle las advertencias de los santos de la iglesia católica ni las modernas condenas de Adam Smith, a las conductas de formación de «carteles» que atentan contra las reglas más básicas del capitalismo moderno.
En esta embestida concretada por Tabacalera Sarandí contra las pequeñas compañías del sector abundan los aprietes y asaltos a camiones de la competencia, el robo de clientes por medio del mecanismo de dumping, ataques físicos ejecutados por sicarios, incendios de los locales de muchas pymes tabacaleras, y amenazas de todo tipo.
En el mundo del Tabaco nadie duda que Pablo Otero es el autor intelectual de la denuncia anónima contra una empresa tabacalera local. Otero con aceitados vículos con la Divisiion de Inteligencia de Gendarmería Nacional ha sido denunciado también ante la justicia federal de rosario
Otero, al igual que Yabrán, quiere a sus competidores fuera del mercado, y si es necesario que para alejarse de sus empresas deban permanecer algún tiempo en la cárcel para «pensar mejor», está siempre dispuesto a impulsar estos ataques judiciales.
Sin embargo, fuentes judiciales pronostican que esta maniobra está destinada al fracaso, tal cual lo sucedido con la demanda que acaba de ser rechazada por la Corte.
Los asesores judiciales de Otero parecen tener «suerte» sólo en el Fuero Contencioso Administrativo Federal, y eso también, estaría por cambiar en el futuro próximo.
Fuente: agencianova.com