Las centrales nucleares durante la gestión Milei: cambios estructurales y retorno de exfuncionarios del equipo de Scioli.
Bajo la conducción de Demian Reidel, la empresa estatal llevó adelante una renovación en su estructura administrativa. Aún resta que el Ministerio de Economía salde una deuda de $194.582 millones correspondiente a la energía producida entre diciembre de 2023 y febrero de 2024.
14 de octubre de 2025 – 13:40

Atucha I, central nuclear ubicada en el partido Zárate de la Provincia de Buenos Aires.
Con el propósito de fortalecer la inversión extranjera y obtener recursos en divisas, el Gobierno nacional aprobó la venta parcial de acciones de Nucleoeléctrica Argentina S.A., entidad estatal responsable de la operación de las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse.
La conducción de Nucleoeléctrica Argentina recae desde abril en Demian Reidel, un ingeniero físico del Instituto Balseiro con paso por el mundo financiero. Su nombre también figuró entre los colaboradores cercanos del presidente Javier Milei, ya que hasta julio ocupó ad honorem la jefatura de Gabinete del Consejo de Asesores, un organismo que nunca llegó a funcionar plenamente.
Reidel explicó que su salida del Consejo de Asesores se debió a que iba a “concentrarse de lleno en el desarrollo del Plan Nuclear Argentino”. Esta iniciativa fue presentada junto al presidente Javier Milei el 20 de diciembre en la Casa Rosada, donde también se anunció la creación del Consejo Nuclear Argentino, encabezado por Reidel e integrado por Guillermo Francos, Luis Petri y Germán Guido Lavalle. No obstante, hasta el momento no se registraron avances concretos en el programa.
Con la aprobación legislativa de la Ley de Bases, el Poder Ejecutivo dispuso la enajenación del 44% de las acciones de Nucleoeléctrica Argentina S.A. El Estado mantendrá el control mayoritario con un 51% de participación, y un 5% será adjudicado a los trabajadores. El Ministerio de Economía definió que la operación se concrete mediante una licitación pública en bloque, en lugar de una distribución atomizada como la que se implementó en el caso de YPF.
Nucleoeléctrica Argentina S.A. cuenta actualmente con la participación accionaria de la Comisión Nacional de Energía Atómica (20%), Enarsa (1%) y el Ministerio de Economía (79%). El Tesoro Nacional adeuda los pagos por la generación eléctrica del período comprendido entre diciembre de 2023 y febrero de 2024. Cabe señalar que los demás generadores percibieron la cancelación de sus acreencias a través del bono AE38, cuyo valor de mercado representaba la mitad de su cotización nominal.
Tras meses de gestiones y reclamos, NASA consiguió un primer desembolso por parte del Ministerio de Economía: el 24 de octubre de 2024 recibió el 14,87% de lo facturado en diciembre del año anterior, unos $10.226 millones. Sin embargo, el grueso de la deuda —$194.582 millones— continúa sin pagarse y fue refacturado a comienzos de 2024, sin un vencimiento establecido hasta el momento.
La llegada del sciolismo
Desde la asunción de Demian Reidel como presidente, Nucleoeléctrica Argentina (NASA) llevó adelante un proceso de reorganización interna que alcanzó los sectores de administración, compras, contrataciones, finanzas y comunicación, con el objetivo de optimizar su funcionamiento.
El arribo de Hernán Pantuso a la Gerencia de Coordinación Administrativa marcó una de las primeras incorporaciones bajo la conducción de Reidel. Pantuso, con antecedentes en la gestión pública bonaerense durante la administración de Scioli, fue convocado por su cercanía técnica con el nuevo presidente de NASA. Desde su entorno, remarcan que su designación no responde a vínculos políticos con el actual secretario de Turismo.
Pantuso no fue el único funcionario con experiencia previa en la gestión bonaerense de Daniel Scioli. También se incorporaron Bruno Alfredo Gabriel Tomaselli, exsubsecretario de Relaciones Económicas Internacionales; Sabrina Andrea Lafranconi, exintegrante del Gabinete provincial; y Juan Fermín Larrarte, exabogado del gobierno bonaerense. Los cuatro actualmente cumplen funciones como asesores dentro de NASA, con salarios que superan los $5 millones mensuales, bajo la órbita de Pantuso.

El presidente de la nación Dr. Javier Milei y el titular de NASA, Demian Reidel
Desde NASA indicaron a LA NACION que, tras un período de evaluación del funcionamiento general, la nueva gestión consideró necesarios nuevos perfiles en las áreas de soporte. “Luego de un período prudente de evaluación del funcionamiento general, esta nueva gestión entendió que se hacían necesarios nuevos perfiles en esas áreas y avanzó con miras a tener un nuevo liderazgo en estos sectores de soporte que, cabe aclarar, no están relacionadas con cuestiones técnicas ni operativas ni mucho menos ligadas a la seguridad nuclear de las centrales”, explicaron.
Fuentes de NASA indicaron que la reorganización se realizó con miras a consolidar la gestión interna y asegurar la continuidad de los procesos. “Las decisiones se tomaron con el objetivo de fortalecer la gestión, incorporando personas idóneas con conocimiento específico de cada área, manteniendo los equipos de trabajo y garantizando una transición ordenada y efectiva”, agregaron.
NASA informó que entre diciembre de 2023 y la fecha, su personal pasó de 3.107 a 2.971 personas, reflejando una reducción de 136 empleados bajo la gestión de las tres presidencias de la compañía: Luis Fasanella, Alberto Lamagna y Demian Reidel.
NASA informó que en el primer semestre registró un superávit de $74.905 millones y que sus plantas alcanzaron altos niveles de operación, con factores de carga del 95% en Atucha II y del 100% en Embalse. “También se recompusieron las relaciones laborales y se redujeron significativamente los conflictos sindicales. Además, se regularizó la gestión de compra de insumos estratégicos como el uranio y el agua pesada, en un contexto internacional de alta demanda y limitada disponibilidad”, indicaron.
NASA indicó que aún resta resolver la situación del contrato con China National Nuclear Corporation (CNNC) para la construcción de la cuarta central nuclear del país. Actualmente, el proyecto se mantiene “demorado”.
Desde la empresa destacaron que “desde su firma en febrero de 2022, el contrato nunca llegó a entrar en vigencia por no cumplirse las condiciones precedentes, y el mismo está sin avances. Se trata de un proyecto que forma parte de los acuerdos de cooperación entre Estados, por lo que su evolución depende de definiciones de carácter país a país y excede el rango de decisión de NASA”.
Se trata de un tema adicional que el Gobierno deberá resolver antes de avanzar con la privatización del 44% de la compañía.