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Elecciones en Rosario: baja participación, voto bronca y eficiencia en la jornada electoral

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El Observatorio Político Electoral de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) dio a conocer los resultados de un exhaustivo estudio de campo realizado durante las elecciones a convencionales constituyentes y las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) a concejales en Rosario. El informe revela una radiografía precisa del proceso electoral, que se caracterizó por una participación ciudadana sorprendentemente baja, una logística electoral eficiente y un clima general sin sobresaltos.

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El equipo de observadores recorrió 84 establecimientos de votación —58 de ellos dentro de Rosario— para monitorear en tiempo real la constitución de mesas, el desempeño de las autoridades electorales y el comportamiento general de la jornada. Desde el comienzo, las mesas abrieron en el horario estipulado, y el operativo transcurrió sin demoras significativas.

Una elección sin multitudes ni caos

Uno de los principales datos que llama la atención es la escasa afluencia de votantes a lo largo del día. El pico habitual entre las 11:30 y las 13:30 no fue la excepción, pero tampoco generó las típicas colas extensas del mediodía. Según los observadores, esto se debió tanto a la baja participación general como a una notable mejora en la operatividad de las autoridades de mesa. A esto se suma la implementación de tres boxes por mesa, que permitió a varios votantes emitir su sufragio en simultáneo, agilizando el proceso y reduciendo tiempos de espera.

En promedio, las colas al mediodía no superaban los seis electores por mesa, y el tiempo necesario para votar era inferior a cinco minutos. Por la tarde, entre las 14:00 y las 16:30, el panorama era aún más desértico: muchas escuelas se mostraban prácticamente vacías, en una postal que grafica el desinterés ciudadano en estos comicios.

Problemas con los padrones y enojo ciudadano

Uno de los pocos contratiempos registrados fue la confusión respecto a los lugares de votación. Muchos ciudadanos se presentaron en escuelas donde solían votar históricamente, para descubrir en el acto que habían sido reasignados a otro establecimiento. Esto provocó reacciones de molestia, sobre todo cuando el nuevo lugar de votación implicaba una mayor distancia. Algunas escuelas intentaron paliar el problema asistiendo a los electores con búsquedas en línea y anotando la información correcta en papeles que se entregaban a mano.

Este punto pone en evidencia la necesidad de campañas más agresivas de comunicación previa, que insistan en la revisión del padrón y del lugar de votación a través del sitio web del Tribunal Electoral antes del día del sufragio.

Un escrutinio sin sobresaltos y relativamente ágil

El escrutinio provisorio, que comenzó al cierre de las mesas, demoró en promedio unas dos horas. Su duración dependió, en cada caso, de la experiencia y cantidad de autoridades presentes, así como de la colaboración —o no— de los fiscales partidarios. La simplificación de categorías y listas en los comicios generales de junio promete agilizar aún más esta etapa.

El dato más fuerte: solo votó el 55%

Más allá de lo operativo, el dato más relevante del estudio es la bajísima participación: apenas el 55% del padrón asistió a las urnas. Este fenómeno no se limita a Rosario, sino que se extiende a nivel provincial. En la elección de convencionales por Distrito Único, que involucraba a los 2.835.704 electores de Santa Fe, solo votaron 1.580.000 ciudadanos.

Aunque las PASO legislativas suelen tener menor convocatoria, se esperaba un nivel de participación cercano al 60%. Sin embargo, incluso el carácter «histórico» de esta elección —por la reforma constitucional en juego— no alcanzó para revertir la tendencia.

El informe no se adentra en las causas profundas de este fenómeno, pero pone el foco en una expresión que ya resuena con fuerza: el voto bronca. En la provincia, el 4,50% de los votos fueron nulos; en Rosario, el porcentaje sube al 7,06% en la elección a concejales. Desde el Observatorio aseguran que este tipo de voto no responde a errores involuntarios, sino que representa una manifestación consciente de descontento con la oferta electoral y con el sistema político en general.

Un llamado de atención

Lo que deja esta elección no es solo una postal de eficiencia técnica y buena organización por parte de las autoridades de mesa, sino también un fuerte llamado de atención a la dirigencia política. El ciudadano no solo se ausentó en las urnas: también, cuando fue, eligió manifestar su malestar con un voto nulo o directamente con la indiferencia.

En un contexto donde se debate nada menos que la reforma de la Constitución, este nivel de desapego no puede ser tomado a la ligera.

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