La UNR se transforma: nuevo sistema de créditos universitarios para 2027
La Universidad Nacional de Rosario (UNR) se prepara para un cambio profundo en su estructura académica: la implementación del Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (Sacau), un modelo similar al utilizado en Europa que permitirá reflejar la trayectoria real de los estudiantes y fomentar la movilidad universitaria. Este nuevo esquema comenzará a aplicarse en 2027 y marcará una modernización sin precedentes en la educación superior argentina.
Un cambio clave en la educación universitaria
El Sacau fue creado en octubre de 2023 y a finales de 2024 el Consejo de Universidades, junto con la Subsecretaría de Políticas Universitarias, acordó su implementación en todo el país. La UNR, al igual que el resto de las universidades argentinas, deberá adaptar todos sus planes de estudio a este sistema antes de 2027.
Para comenzar con la transición, el próximo 11 de marzo se realizará una jornada de capacitación en la Facultad de Derecho, a cargo de los especialistas Nicolás Reznik y Mónica Marquina. Este evento está dirigido a toda la comunidad universitaria y servirá como puntapié inicial para el rediseño curricular.
El subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, destacó la importancia de esta transformación: «Estamos dando un paso muy importante para la modernización del sistema universitario, en línea con los sistemas más actuales de Occidente».
De las horas de clase a un enfoque integral del aprendizaje
Hasta ahora, los planes de estudio en Argentina están diseñados en función de las horas de cursado en el aula, sin considerar el tiempo adicional que los estudiantes invierten en estudio, prácticas y trabajos autónomos. Con el nuevo sistema, cada materia será medida en créditos que reflejarán la carga horaria total del estudiante, tanto en clase como fuera de ella.
Romina Pérez, secretaria del Área Académica y de Aprendizaje de la UNR, explicó que un crédito equivaldrá a 25 horas de trabajo total del estudiante, incluyendo clases, estudios y actividades prácticas. Este enfoque permitirá una visión más realista de la duración de las carreras, que muchas veces exceden el tiempo teórico estipulado.
«Una carrera de cuatro años, incluso para un estudiante full time, puede requerir más tiempo debido a la carga de estudio y las prácticas. Este sistema busca reflejar esa realidad y ofrecer una estructura más flexible y adecuada a los tiempos actuales», señaló Pérez.
Carreras más realistas y movilidad estudiantil
El problema de la duración real de las carreras en Argentina no es nuevo. En 2022, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) ya había advertido que si bien las carreras suelen estar diseñadas para cinco años, en la práctica los estudiantes tardan entre ocho y nueve años en graduarse.
Oscar Alpa, exsecretario de Políticas Universitarias, señaló en su momento que solo tres de cada diez universitarios logran egresar en el tiempo previsto. Además, mencionó que siete de cada diez ingresantes tienen más de 20 años, lo que alarga la duración de los estudios debido a compromisos laborales y familiares.
Este cambio también abre la puerta a una mayor movilidad estudiantil, tanto a nivel nacional como internacional. El rector de la UNR, Franco Bartolacci, destacó que esta transformación «permitirá reconocer la trayectoria real de cada estudiante, modernizar los planes de estudio y facilitar intercambios con universidades extranjeras».
La adopción del sistema de créditos facilitará la homologación de materias y permitirá a los estudiantes completar trayectos académicos en distintas universidades sin perder años de estudio. En el contexto europeo, donde este modelo ya está en funcionamiento, se ha logrado una mayor flexibilidad y dinamismo en la educación superior.
Un salto hacia la modernización académica
La implementación del Sacau no solo busca hacer más eficientes los planes de estudio, sino también alinear la educación superior argentina con estándares internacionales. Con este modelo, los estudiantes podrán planificar mejor su recorrido académico, acceder a certificaciones intermedias y aumentar sus posibilidades de graduarse en tiempo y forma.
El 11 de marzo será el primer paso de un proceso que cambiará la manera de estudiar en la UNR y en todo el país. El desafío ahora será garantizar que la transición sea efectiva y que el nuevo sistema cumpla con su promesa de hacer la educación universitaria más accesible, flexible y acorde a las necesidades actuales.