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Javier Milei presenta el Presupuesto 2025 y refuerza su apuesta por el déficit cero

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El presidente Javier Milei presentó este domingo el Presupuesto 2025 en un discurso que, si bien previsible en términos de su teoría económica, marcó un hito histórico. Por primera vez, un presidente se presentó en la Cámara de Diputados para defender la denominada “ley de leyes”, una tarea que tradicionalmente corresponde al ministro de Economía o funcionarios del área. Acompañado por su hermana Karina Milei y con la vicepresidenta Victoria Villarruel a su lado, Milei subrayó su compromiso con el déficit cero como la brújula que guiará su plan de gobierno.

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El presidente reafirmó su posición innegociable sobre el equilibrio fiscal. “Este blindaje fiscal abre un nuevo capítulo para nuestro país”, dijo Milei al comenzar su discurso, explicando que decidió presentarlo él mismo por dos razones: “Porque soy economista y, segundo, porque vengo a proponer un proyecto de presupuesto diametralmente distinto. El presupuesto es la ley de leyes”, enfatizó con vehemencia. Con un estilo que mezclaba formalidad y ataques frontales a la oposición, prometió vetar cualquier proyecto que atente contra el equilibrio fiscal, apuntando directamente a quienes aprobaron recientemente el financiamiento universitario y la nueva movilidad jubilatoria.

Un evento con escasa asistencia opositora

En un recinto con una presencia opositora mínima, Milei desplegó su discurso frente a una audiencia mayoritariamente compuesta por integrantes de su gabinete, legisladores de La Libertad Avanza (LLA), el PRO y buena parte de los radicales, bloques que le están garantizando cierta gobernabilidad en este inicio de su mandato. La ausencia de la mayoría de los legisladores de Unión por la Patria (UP) fue notable, enviando solo una pequeña delegación. A pesar de ello, Milei no escatimó en dirigirse a ellos con chicanas. “Ahora, anoten. Ustedes no porque no saben sumar”, dijo mirando directamente al jefe de bancada Germán Martínez, en una muestra del tono provocador que caracterizó parte de su intervención.

La promesa del ajuste y la falta de detalles

El presidente reiteró su ya conocida consigna de aplicar “el ajuste más grande de la historia”, pero evitó profundizar en los detalles sobre cómo implementará las medidas necesarias para promover el crecimiento económico. Su promesa fue que la Argentina será “solvente”, lo que supuestamente derivará en una reducción del riesgo país y las tasas de interés, y un aumento de la inversión, la productividad y los salarios reales. En su visión, este combo llevaría a la caída de la pobreza y la indigencia, aunque no especificó cómo se alcanzarán estos objetivos dentro del marco del presupuesto.

Los gobernadores, en la mira de Milei

Milei también envió un mensaje directo a los gobernadores provinciales, invitándolos a seguir el mismo camino de ajuste que la Nación. Les exigió un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares, señalando que el gobierno central ya hizo “todo el recorte posible” y que ahora es turno de las provincias. Este mensaje dejó claro que el Ejecutivo espera que las gestiones locales alineen sus políticas fiscales con las de la Nación, un desafío mayúsculo para muchos mandatarios provinciales, especialmente aquellos con economías más dependientes del gasto público.

Gestión y logros cuestionados

El presidente no dejó pasar la oportunidad de defender su gestión ante las críticas, no solo de la oposición sino también de figuras como el expresidente Mauricio Macri. Milei destacó logros iniciales de su administración, como el despido de 31 mil “ñoquis” de la administración pública y la proyección de una inversión privada de 50 mil millones de dólares. También se refirió a una de las problemáticas más urgentes en el interior del país, afirmando que su gobierno logró reducir en un 75% los homicidios en Rosario, aunque no brindó mayores detalles sobre las políticas específicas detrás de esta afirmación.

El discurso y el rating: una relación distante

A pesar de la expectativa generada por su presentación en el prime time del domingo, la respuesta del público fue decepcionante. Los primeros datos de Ibope indicaron que el rating en los canales de aire comenzó a desplomarse poco después de que el presidente iniciara su discurso. Aunque la maquinaria comunicacional del oficialismo intentó presentar el evento como un hito en su gestión, el interés del gran público fue escaso, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de Milei para conectar con la audiencia más allá de su base electoral.

El cierre del discurso fue característicamente fiel a su estilo: “Miembros de este honorable Congreso, la decisión de qué lado de la historia quieren permanecer es suya”, dijo, antes de culminar con su clásico grito de guerra: “¡Viva la libertad, carajo!”

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