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La Escuela Gurruchaga celebra sus 125 años con un desafío: Una semana sin pantallas

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La Escuela Francisco Gurruchaga de Rosario, en su aniversario número 125, ha decidido celebrar de una manera poco convencional: proponiendo a sus estudiantes una semana sin pantallas. Este proyecto, denominado “Gurru 1.0”, no solo busca conmemorar la historia de la institución, sino también abrir un debate profundo sobre la dependencia tecnológica que afecta a las nuevas generaciones.

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¿Podemos prescindir de las pantallas?

Esta fue la pregunta que el equipo directivo y docente de la Gurruchaga planteó a los alumnos de primaria. La respuesta, que generó intensas discusiones y reflexiones, dio origen al proyecto “Gurru 1.0”. A partir de este lunes, los estudiantes experimentarán lo que significa vivir una semana sin el uso de dispositivos electrónicos, en un esfuerzo por acercarse a las experiencias de generaciones anteriores.

La iniciativa tiene un propósito claro: concienciar tanto a los estudiantes como a sus familias sobre las consecuencias de la sobreexposición al mundo digital. Se trata de una oportunidad para que los niños y niñas reflexionen sobre su dependencia de la tecnología y descubran formas alternativas de entretenimiento y aprendizaje.

Una comunidad sin pantallas

El proyecto no solo involucra a los estudiantes, sino también a toda la comunidad educativa. Durante esta semana, los docentes no enviarán ni responderán mensajes de WhatsApp a las familias. En cambio, las comunicaciones se realizarán de manera manuscrita, utilizando el cuaderno de comunicaciones, tal como se hacía antes de la era digital.

Con esta medida, la escuela espera fomentar la interacción cara a cara y promover una mayor conexión entre los maestros, los estudiantes y sus familias. La Gurruchaga, ubicada en el barrio Luis Agote, es una escuela pública que alberga a unos 400 niños y niñas desde el nivel inicial hasta el séptimo grado de primaria. Como en muchas otras instituciones, el uso de dispositivos electrónicos se ha vuelto común, pero también ha generado algunos problemas que la escuela busca abordar con esta iniciativa.

El desafío del “apagón de pantallas”

El proyecto “Gurru 1.0” se implementa en un momento en que la tecnología ha transformado profundamente la experiencia escolar. Investigaciones recientes indican que los niños y niñas en Argentina reciben su primer dispositivo inteligente alrededor de los 10 años, dos años antes que hace una década. Algunos incluso acceden a un teléfono propio a tan solo 7 años.

En este contexto, la escuela decidió tomar una postura activa para hacer frente a los desafíos que plantea la tecnología. La semana sin pantallas busca no solo reducir la dependencia tecnológica, sino también promover la creatividad y la socialización entre los estudiantes. Durante estos días, se realizarán actividades que fomenten el uso de métodos tradicionales de aprendizaje y entretenimiento, como la lectura de libros de la biblioteca escolar, juegos como saltar la cuerda o el uso de elásticos durante los recreos, y la sustitución del timbre por sonidos inventados o música.

Un proyecto con impacto duradero

El “Gurru 1.0” no solo busca impactar a los estudiantes, sino también a la comunidad educativa en su conjunto. A lo largo de la semana, se espera que tanto alumnos como docentes adquieran una nueva perspectiva sobre la tecnología y su papel en la educación y en la vida diaria. Además, se pretende que esta experiencia inspire a otras instituciones a reflexionar sobre el uso de dispositivos electrónicos y su influencia en las nuevas generaciones.

Al final de la semana, la Escuela Gurruchaga confía en que todos los participantes habrán aprendido valiosas lecciones sobre la importancia del equilibrio entre tecnología y otras formas de interacción y aprendizaje, valorando los beneficios y reconociendo las limitaciones de los avances tecnológicos.

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