Pandemia

El gasto en Salud se duplicó en pandemia: 5.300 millones de pesos en 15 meses

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Es la inversión hizo el municipio para responder a la demanda Covid. El doble de lo que se invertirá en la pavimentación de cuatro barrios y la reconversión de avenidas.

El Covid-19 obligó reasignar partidas, priorizar gastos y empujó al Estado, sea municipal, provincial o nacional, a salir al «barro» del mercado para conseguir desde elementos de protección para el personal de salud, al inicio, respiradores y drogas vitales para las unidades de terapia intensiva, después, y ahora vacunas. Solo la Secretaría de Salud de Rosario ejecutó en los 15 meses de pandemia 4.700 millones de pesos sin contar los más de 600 millones destinados a la contratación y refuerzo de los recursos humanos. Todo representa 5.300 millones de pesos, casi el doble de los 2.800 millones que el municipio anunció que invertirá este año en la pavimentación de cuatro barrios, la reconversión de avenidas, el mantenimiento de las grandes arterias y el plan de bacheo.

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«En términos globales, el gasto se duplicó, aunque hay insumos y servicios que llegaron a cuadruplicarse», dijo Alejandro Piñeyro, el hombre que lleva los números finos de la repartición municipal y que grafica el escenario transitado desde marzo de 2020 con un solo ejemplo. «En febrero pagamos un barbijo 9,9 y en mayo a 59,9 pesos», contó. Al precio de los insumos se sumó el incremento de la demanda: dos millones de guantes de látex que antes duraban seis meses, ahora duran tres.

La estructura de salud de la ciudad que sostienen más de 5 mil agentes fue la clave para hacer frente a la demanda sanitaria de la pandemia. Un área del municipio donde desde hace ya varias décadas, se destina entre el 24 y el 26 % del presupuesto de la ciudad.

Esa participación en el presupuesto municipal significó en números absolutos 4 mil millones de pesos para salud en 2019 de un gasto global de 18 mil millones de pesos. Esa cifra creció a 7 mil millones en 2020 y ahora trepó a los 11 mil millones.

De ese total, un 72% sostiene los recursos humanos. Médicos, enfermeros y profesionales de la salud, además de profesionales y personal no médico que sostienen desde hospitales de alta complejidad y unidades de terapia intensiva hasta más de 50 centros de salud barriales. Y donde hubo 700 licenciados por factores de riesgo a quienes hubo que buscar reemplazos.

Piñeyro es director de Administración Financiera y Presupuestaria de la Secretaría y pone el ojo sobre la importancia justamente de ese recurso humano. «Si mirás la relación, el presupuesto operativo es poco porque lo tenemos es una planta muy jerarquizada y necesaria para sostener el sistema, es gente atendiendo gente y no hay aquí planta ociosa», señaló.

Mercantilismo

Gestionar la pandemia a lo largo de 15 meses significó para el municipio un desembolso de 4.700 millones de pesos en bienes, servicios y la readaptación de los espacios que permitieran dar respuestas a la demanda sanitaria y otros 600 millones _una estimación a la baja_, en la contratación de refuerzos de recursos humanos.

Sin embargo, al gasto en sí agrega la pelea por la gestión de los insumos en un escenario donde Piñeyro, según dejó en claro, nunca se vio tan clara «la voracidad del mercado».

«El 20 de marzo se paralizó el país y todos los insumos y elementos de protección que teníamos que comprar para cuidar a los trabajadores y que provenían de China estaban confiscados en París y Miami», recordó. A febrero se lograron adquirir, por dar un ejemplo, barbijos quirúrgicos a 9,9 pesos, pero para mayo ese mismo insumo costaba cinco veces más caro: 59,8 pesos.

Todo eso con aumento del dólar y devaluación a nivel nacional y hacia afuera. Una dificultad central, el precio de los fletes. «El más económico siempre fue en barco, pero demora 90 días -detalló Piñeyro-. En la urgencia no podíamos esperar 90 días, por lo tanto el mundo recurrió a los fletes aéreos, que demoran 7 días, pero que pasaron de costar 5 mil dólares a más de 110 mil«.

Más demanda y más superficie

El incremento mismo de la estructura sanitaria fue la otra pata del aumento de los gastos: incorporación de camas críticas y generales, transformación de superficies ociosas en espacios de internación, adaptación de contenedores a guardias Covid en los centros de salud y hasta adaptaciones de los sistemas de oxígeno para lograr la llegada de ese vital insumo a todos los espacios. Sobre eso, la demanda misma de los pacientes y la intensificación de los cuidados por parte del personal.

«Lo que más costó fueron los equipos de cuidado personal», dijo el director, pero eso fue de menor a mayor.

«El detergente que duraba una semana ahora dura dos días porque limpiás con más frecuencia y en más lugares, los dos millones de guantes de látex que cuestan 25 millones de pesos se consumen en 3 meses cuando antes duraban seis y también el servicio de recolección de residuos patologógicos _detalló_. Los sedantes que se utilizan en las terapias intensivas y requieren materias primas importadas cuestan arriba de 100 millones de pesos y eso permite dar respuesta por cuatro meses».

Los coletazos

Acceder a las vacunas, desde enero, volvió a ser una muestra de la voracidad de la habla Piñeyro. A ese escenario, de por sí difícil, se sumaron los procedimientos del Estado que, según dijo, «son inflexibles» en tiempos habituales, pero que en el marco de la crisis el Ejecutivo y Concejo flexibilizaron.

Lo cierto es que más allá de los vaivenes y las necesidades dinámicas que planteó la pandemia y sus picos de demanda, el escenario no se relaja. El director ya siente en el sistema el impacto de otro de los coletazos del Covid-19: «Todas las persianas bajas que se ven en el centro y ni hablar de la gente que se quedó sin trabajo y, por ende, sin obra social, y viene la salud pública y hay que dar respuesta».

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