Le hackearon la cuenta de WhatsApp a un comerciante pero la recuperó porque sus amigos «son unos secos»
A un carnicero de Granadero Baigorria le robaron la cuenta de WhatsApp con la intención de sacarle dinero a sus contactos. El fallido estafador no logró obtener ni un sólo peso.
Un carnicero de Granadero Baigorria al que le robaron el WhatsApp con la intención de realizar estafas electrónicas pidiendo dinero a sus contactos, finalmente recuperó la cuenta tras el llamado del ladrón virtual que resignado le dijo: “Trabajé dos días como un loco pero todos tus amigos son una manga de secos. Este país no da más, ni de choro se puede trabajar”.
Rubén Pascualini tiene una carnicería muy conocida en Baigorria y nunca pensó que le podían robar el WhatsApp para intentar realizar estafas, modalidad que sigue creciendo en los últimos tiempos. Con la excusa de querer comprarle un vehículo que el comerciante había publicado para la venta, el fallido hacker le robó su cuenta de WhatsApp e intentó pedir dinero a sus contactos.
El estafador se apropió de su cuenta el viernes y durante dos días, probó conseguir dinero en su nombre. “Tengo un vehículo en venta y por ese motivo me estuvo contactando hasta que, con un link y un código que acepté, me sacaron el WhatsApp”, contó a La Capital Rubén.
“Intentó pedirle dinero a todos los que más pudo pero, como no logró nada, el muchacho me llamó y me dijo que había laburado dos días sin poder obtener un peso porque mis contactos eran todos unos secos y por eso me devolvían la cuenta. También afirmó que ya ni de chorro se podía trabajar”, relató el carnicero.
“Una de las excusas que usaba era decir en mi nombre que, como estaba ocupado con el negocio, necesitaba que me transfieran dinero para pagar una multa de la camioneta que tengo a la venta y así terminar el trámite. A mis contactos les pareció raro porque me conocen y saben que no me manejo así y además no veían el logo que uso en mi foto de perfil”, abundó.
«¡Hoy lo tomo a risas pero estuvieron a un paso de sacarle plata a mi pareja. Con ella es normal que nos giremos dinero. No lo llegó a hacer porque justo estaba caída la página del banco donde tiene su cuenta”, dijo el comerciante.
El talón de Aquiles
Rubén contó que el usurpador de WhatsApp le dijo estar interesado en comprar su vehículo y que trabajaba para una empresa de correos. En uno de los últimos contactos le avisó que estaba llegando desde Buenos Aires, (el número del que lo llamaba tenía esa característica), y que quería ver la camioneta.
“Cuando me ofrecí a llevársela, me respondió que él se acercaba pero que, por seguridad, tenía que avisar a la empresa de GPS que hace el monitoreo del vehículo, que se iba a desviar de su ruta. Me comenta que los del GPS iban a llamarme para corroborar si era verdad que venían a verme. Me entra una llamada pero se corta”, describió el carnicero.
«Entonces me aclara que si no vuelven a llamar, me enviarían un correo para chequear la ubicación y cuando me mandaron el link, lo acepté y me chuparon la cuenta. Nunca pensé que me podían chorear un WhatsApp y eso que soy muy desconfiado”, aseguró.
Rubén se dio cuenta de lo que había sucedido cuando le mandaron un mensaje pidiéndole dinero a su encargado de la carnicería. “Empecé a avisar a los que pude. Muchos de los que estaban alertados, cuando el estafador les escribía, lo comenzaron a tomar para la joda”, recordó.
“Un amigo le dijo que no tenía para hacer transferencias bancarias por lo que le indicaron que vaya hasta un Rapi Pago que le pasaba un link. Al chequearlo, aparecía como destinatario un tal Williams Sebastian Vera Encina y un DNI que, por el número coincidiría con nacionalidad paraguaya”, destacó Rubén.
Todo terminó cuando finalmente el frustrado hacker lo llamó y le dijo que le devolvía el WhatsApp porque sus amigos eran todos unos secos. El carnicero hizo la denuncia ante un móvil del Comando Radioeléctrico que pasó por su local y “seguro _conjeturó_ luego lo derivaron a la Comisaría 24ª de la localidad; me quise cubrir porque no vaya a ser que esta persona terminara cometiendo un robo o un secuestro y quedo pegado como loco”.
Por último, el comerciante reflexionó sobre la situación vivida: “Hay que tener cuidado con todo; los bancos, los chorros, el dinero… ¿Cómo haces?, no te da la cabeza. Ahora lo tomo a risa porque gracias a Dios no pasó nada. Siempre pensé que nunca me podía pasar algo así pero me agarraron en un momento que estaba con muchas cosas a la vez y la cabeza quemada”.