El río ya mide por debajo del 0: con apenas -0,17 centímetros, la bajante marcó un récord histórico
La medición de este lunes de la altura del río se ubica entre los fenómenos históricos de 1970 y 1944
El hidrómetro instalado en el Puerto de Rosario marcó este lunes un nuevo récord en la prolongada bajante que atraviesa el río Paraná. El equipo midió -17 centímetros, una altura que el río no registraba en los últimos 50 años. El escaso caudal de agua extiende sus consecuencias sobre la navegación y el uso recreativo del río, también sobre la captación de agua para consumo humano. De acuerdo al último informe del Instituto Nacional del Agua (INA), el fenómeno se extenderá hasta la primavera.
Las bajantes y las crecidas son procesos cíclicos en el Paraná, pero se transforman en noticia cuando exceden los parámetros normales. De hecho, los -17 centímetros que el río alcanzó ayer entrarán en los registros históricos de las últimas grandes bajantes: las históricas de 1970 y del 44 y 45.
El retiro del río modificó el paisaje de la costa, de uno y otro lado del Paraná. Las imágenes del bajo caudal de agua en los balnearios de la costanera norte, las barrancas expuestas y los riachos completamente secos en la zona de islas, son apenas una muestra de la magnitud del fenómeno que promete prolongarse.
Los especialistas del Instituto Nacional del Agua advierten que durante este invierno, el Paraná continúa la tendencia iniciada al comienzo del otoño con alturas muy por debajo de los de los niveles límites de aguas bajas.
De acuerdo al pronóstico del INA, prevalece una tendencia descendente en todos las secciones del río Paraná en territorio argentino. Un fenómeno que «continuará predominando en los próximos tres meses».
Según el análisis del organismo, «este mes es especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, exigiendo especialmente a la captación de agua fluvial para consumo urbano».
Desde Aguas Santafesinas, la empresa prestadora del servicio por ahora no avisaron panorama crítico que llegue a cortes de suministros, pero sí de que se produzca una disminución en la presión del agua en los sectores más alejados del río. Además, no se esperan grandes lluvias en Paraguay y Brasil hasta septiembre.
“La hipótesis que se ve como más certera es que tengamos menos posibilidad de captación de agua. Como ejemplo podemos decir que si captamos cien y ahora podemos captar 98 ó 95, esa diferencia redundará en menor producción. Y eso se traducirá posiblemente en una merma de presión, que no es regular”, describió el gerente de relaciones institucionales de la empresa, Guillermo Lanfranco.
Lo cierto es que la prolongada bajante amenaza la flora y fauna del río, sobre todo el recurso ictícola_ y pone en situación crítica al humedal, multiplicando las posibilidades de propagación de incendios.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario advirtieron también sobre las consecuencias económicas generadas por la disminución de nivel del río, lo que encarece el costo del traslado de granos.
La entidad advirtió hace diez días que el complejo agroindustrial exportador y los productores agropecuarios argentinos perderían cerca de u$s315 millones entre marzo y agosto de este año debido a la bajante del Paraná. En el informe se asegura que el curso de agua, principal vía de salida del sector, alcanzará en la zona del Gran Rosario su nivel más bajo en décadas, lo que afecta a la cadena de valor granaria argentina en materia de costos logísticos, de transporte e industriales.